El malecón de la laguna de Cajititlán se perfila como una de las obras más importantes para Tlajomulco y como trampolín para el impulso turístico de la población y del municipio. Con ello se mejora sobre manera la vista de la laguna, brinda seguridad a los visitantes y da un aspecto que combina lo moderno con lo tradicional.
Por Víctor Hugo Ornelas
Pero no todo lo referente a esta obra es agradable, porque al final del malecón, poco antes de la calle Nicolás Bravo, hay un terreno que dista mucho de la modernidad y limpieza que luce en la nueva obra, en dicho lugar, hay agua estancada que comienza a emanar olores fétidos, que complica el paso de la gente, afecta algunas viviendas y un negocio, “No se paran ni las ratas, el callejón está todo lleno de agua y huele muy feo, como que por ahí se murió un animal y ya se está echando a perder”, comentó un habitante de esta comunidad que buscaba por dónde dar un paso seguro para poder cruzar hacia el malecón.
Acutalmente las aguas residuales son descargadas en la Laguna |
Situaciones como estas son aquellas que pueden opacar obras importantes como esta de la laguna de Cajititlán, ya que mientras algunos presumen o disfrutan de la nueva construcción, otros ven afectados sus comercios y viviendas, generándose molestia en ellos y dejándolos descontentos.
El malecón será inaugurado a finales del mes en curso, tiempo suficiente en el que aún se pueden solucionar este tipo de detalles para que entonces, esta obra, no tenga aspectos negativos que puedan opacar su apertura.
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