Un registro de drenaje con fuga constante se encuentra a sólo 15m de la entrada a la escuela primaria de la quienta etapa de La Noria en Tlajomulco de Zúñiga |
Este conjunto habitacional de Tlajomulco es un caso más en donde los habitantes se sienten engañados por los fraccionadores, que les venden un sueño que poco a poco se va convirtiendo en una pesadilla de la que aún no pueden despertar, “Yo compré en tiempo de secas, si vengo en lluvias y me doy cuenta de esto no hubiera comprado”, comentó entre el enojo y la resignación un residente de la calle, que irónicamente lleva por nombre Circuito Aguacero.
Ésta es quizá la más denigrante, descuidada y precaria de todo el fraccionamiento, el olor que despide debido a las aguas negras que corren tras cada lluvia es simplemente insoportable, “Vivo con el estómago revuelto, pero qué hago, me faltan años para acabar de pagarla (la casa) y aunque fuera mía cómo la vendo con toda esa mugre de afuera”, lamentó una señora, que para ir a la tienda debe rodear cerca de 30 metros, porque cruzar la calle a la altura de su casa, resulta imposible, si es que quiere regresar con los zapatos libres de lodo.
Por Víctor Hugo Ornelas
Situación que padecen varios vecinos que han visto afectada su forma de vivir, uno de ellos comentó, “Cuando voy llegando del trabajo, en vez de sentir que vengo a relajarme a mi casa, nada más ando pensando en cómo irme de aquí, cómo crees que se siente darle esto a tus hijos”.
La escuela entre aguas negras
El acudir a la escuela es una constante lucha, ya que la calle se encuentra inundada gran parte del año. |
Otros que padecen la situación, en serio, son los alumnos de la escuela primaria, que además de tener que brincar los charcos de aguas residuales, rodear las calles para evitar el lodo y sortear los registros de luz (donde ya una niña resultó afectada con descargas eléctricas), tienen que asistir a clases tolerando un olor sumamente desagradable, que indudablemente disminuye su rendimiento escolar y a decir de los padres, afecta su salud, “Aquí hay niños que tienen infecciones en la piel, con los ojos irritados, dolores de cabeza y en la escuela no hacen nada”, mencionó en tono molesto una madre que dijo nunca llevar a sus hijos a la escuela con tiempo de anticipación, “A las puras dos los traigo, mientras menos tiempo pasen aquí mejor”.
El problema no es generado por encharcamientos con agua de lluvia, sino por un par de coladeras de las cuales brota el agua del drenaje y por el canal que pasa a menos de 50 metros de la institución educativa, “Y eso es lo que se ve, pero adentro en las casas también tenemos problemas, los baños no jalan el agua y a veces hasta sale por la coladera”, comentó otro colono.
Cabe hacer mención que en el fraccionamiento Valle Dorado, una escuela primaria fue reubicada por una situación similar, aunque menos conflictiva, porque en aquella institución sólo se dio el problema de los olores y los alumnos no tenían que sortear los charcos de aguas residuales.
El canal y los paracaidistas
Como en algunos otros conjuntos habitacionales, en La Noria también tienen dificultades con un canal, que aunque debería ser de agua pluvial, transporta aguas residuales, pero a este problema se le suma una especie de estanque que los vecinos consideran, “Un foco de infección, ahí hay mucho mosco, no sabemos si sea dengue, pero sí nos preocupa”.
Una de las razones del por qué no se denuncia este problema o se pide la intervención de autoridades municipales, obedece a otra situación, al abandono e invasión de viviendas, por lo que ante el temor de ser desalojados, en este caso algunos paracaidistas, no pueden exigir ni denunciar la solución de estos problemas.
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