Por Víctor Hugo Ornelas
El sistema de transporte público a nivel estatal atraviesa por momentos difíciles, mientras que en Tlajomulco las cosas no son distintas, incluso podríamos decir que actualmente cruzan por un bache mucho más grande que cualquiera que se puedan encontrar sobre la cinta asfáltica, algo que se han ganado a pulso pues la ciudadanía esta cansada de pagar por un servicio que no satisface sus necesidades de transporte.
Este medio solamente sirve para llevarlos de un lugar a otro atravesando por situaciones y circunstancias desagradables, dejando mucho que desear en el servicio, soportando el mal humor de los operadores, la saturación de los autobuses y en ocasiones viajando “con el Jesús en la boca” esperando que la plegaria surta efecto y no sean parte de la estadística protagonizando un accidente. Pero los usuarios no son los únicos que se quejan y padecen ante el transporte público pues tanto peatones como automovilistas han sido víctimas resultando arrollados o impactados por estas unidades.
Para conocer el problema a fondo y poder hacer un análisis, decidimos abordar diferentes rutas de camiones en el municipio, nuestra experiencia nos dejó en claro las carencias que presenta este servicio, simplemente al abordar nos encontramos con la primera irregularidad en los boletos que sirven a su vez de seguro de viajero, de diez camiones que tomamos, solamente tres otorgaban boletos con la tarifa de 6 pesos, seis de ellos tenían tarifa de 5 pesos y en dos ni siquiera nos dieron comprobante de pago, además en tres de ellos el número económico marcado en el boleto no correspondía con la unidad abordada.
La velocidad es otro de los puntos que atentan contra la seguridad del usuario, ya que en vías rápidas se olvidan de que no van solos y la vida de los pasajeros es su responsabilidad, pero quienes nos dieron una mejor visión de lo que representa moverse en el sistema de transporte público fueron los usuarios quienes se expresaron así: “el servicio no sirve, yo tengo una hija de dos años y me da miedo subirme al camión, ya en una ocasión una señora se golpeó y a mi casi se me cayó mi niña porque el chofer le quería ganar el pasaje a otro camión”, comentó Fabiola Torres quien todos los días utiliza el transporte para acudir a su trabajo, mientras que Verónica nos mencionó “Pues cuando no van platicando con algún acompañante, van muy rápido o no nos dan la parada donde la pedimos y el otro día tiraron a una señora por ir manejando como desesperado”.También debemos destacar que hay casos totalmente distintos, donde los operadores de camión son personas conscientes del trabajo que realizan, lamentablemente son pocos y esta buena labor se opaca con el inadecuado actuar de los demás.
Sin lugar a dudas el servicio es deplorable, los accidentes que protagonizan son cada vez mas recurrentes y con desenlaces graves, dejando como referencia aquella unidad que fue impactada por el ferrocarril en Santa Fe o el reciente fallecimiento de una persona en Santa Cruz de las Flores al ser arrollada por un camión, sin dejar de recordad los constantes choques en avenida López Mateos, Pedro Parra, Concepción del Valle y hasta en la misma cabecera municipal.
En este tema urge tomar acciones, el ayuntamiento comenzó un proyecto de inspección y supervisión al sistema de transporte, sin embargo los resultados aún no se han dado a conocer y quien estaba al frente de ese proyecto era Armando Villegas, miembro de una familia dueña de una línea de transporte.
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