La falta de espacios causa vandalismo en Santa Cruz de las Flores |
El graffiti,
escándalos, riñas, alcoholismo y drogadicción en adolescentes, son parte de la
problemática que no sólo sigue sin resolverse en el Municipio, sino que va en
alarmante aumento. Según declaraciones oficiales, el núcleo de concentración
del problema se encuentra en los fraccionamientos Santa Fe y Chulavista. Se
presume, además, que los principales infractores son personas foráneas a
Tlajomulco, que ahora avecindados en él, han importado estas “malas mañas”. Sin
embargo, a decir verdad, todo el Municipio sufre de este mismo mal, que ataca a
gran número de jóvenes y adolescentes, que cada vez más, contagia a niños desde
los ocho años de edad.
Por Blanca Bravo
El
skateboarding es por muchos, y por los jóvenes mismos, considerado un deporte
de riesgo, pero al fin un deporte. Los chicos que fueron entrevistados poseen una resistencia
excepcional y un físico salvo de obesidad, pero por “no haber dinero para
equipo”, practican esta actividad sin protección alguna, “Yo creo que nos
estorbarían las rodilleras”, dice uno de ellos, pues nunca han podido pagar más
que la patineta y uno que otro remiendo de ella. “La gente nos corre, que
porque hacemos ruido y dañamos las banquetas”, dice uno; “Si güey, si fregamos
las orillas”, contesta otro, “Pero ¿Qué hacemos? Nos encanta patinar, también
nos corre la policía de la plaza, pero nomás se va y nosotros regresamos a
darle”. “En la patineta sacamos toda nuestra ira”, dice el que pareciera un
sabio psicólogo. El adolescente, el joven, el niño, inmersos todos en esta
realidad de incertidumbre y abandono, en el caldo revuelto de hormonas y
energía en que se convierte, necesita una válvula de escape.
La graffiteda
es, de las dos actividades, la más complicada. Si bien la práctica de patineta
rompe el orden en las calles, obstruye y daña banquetas, causa accidentes, así
como contaminación auditiva, existe para practicarla, aunque de manera limitada
en funcionalidad y horario, por lo menos una unidad deportiva. Por el
contrario, el graffiti es un pasatiempo que por sus dimensiones de pintado no
es fácil de practicar dentro de los límites de la legalidad. Según otros de los
entrevistados, ellos calculan que en menos de un año no habrá muros sin
graffiti en Santa Cruz, porque cada día son más los chavos que se salen a
avanzadas horas de la noche o en la madrugada a “rayar”.
En ellos se
están gestando varios fenómenos de preocuparse: 1. Una adición a la adrenalina,
que mal pudiera terminar (y en muchos casos ya es así) en buscar el delito por
el delito mismo, por retar a los padres, a la autoridad. 2. Una percepción
distorsionada de lo correcto y lo incorrecto. De todas las infracciones que
cometen sólo consideran que una es delito y puede tener consecuencias, “si nos
agarran” el graffiti. 3. El estrés de la irregularidad con que se manejan está
llevando a muchos al uso de sustancias adictivas. 4. La identidad que busca un
chico de estas edades en lugar de estar aterrizada en la pertenencia a un
equipo legal de skateboarding o a un estilo de arte en una pared permitida,
está encontrándose en grupos antagónicos que dominan los barrios de la
sectorización que de Santa Cruz de las Flores ellos mismos han hecho y que
miden fuerzas en enfrentamientos violentos y venganzas interminables entre
jóvenes y niños.
Deportistas,
artistas, rayadores de firmas, destructores, pendencieros, conciliadores,
niños, adolescentes, jóvenes, chavos casados, adictos, atletas. De todo hubo
entre quienes nos compartieron en esta investigación, pero todos al final de
cuentas son parte de un grupo mayor de varias decenas de habitantes de Santa
Cruz de las Flores, que también son tlajomulcas y que piden un espacio; un
parque skato, la adecuación de un área de la unidad deportiva, paredes
preparadas y asignadas por el Municipio. Todos piden ser escuchados y
necesitan espacios legales para salir de
la ilegalidad.
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