A su servicio

La alberca del Chivabarrio ya está abierta al público

El refrán dice y dice bien, “A río revuelto, ganancia de pescadores”, esto aplica en una de las concesiones otorgadas por el gobierno municipal de Tlajomulco a una escuela de natación, específicamente, de la alberca ubicada en el Chivabarrio, la cual se puso a “disposición” de los habitantes y en la que la escuela imparte clases, con cuotas que van de $200 a $300 pesos al mes, al parecer con el objetivo de captar prospectos e integrar un equipo de natación representativo de este Municipio, así lo dio a conocer José Elías Pimentel, director de la escuela, quién aclaró que él ganó la licitación, por ello, desde el 6 de febrero pasado inició actividades.

Por Jorge López

$10 pesos la hora

Los fines de semana la entrada a la alberca tenía un costo de $10 la hora, respecto a lo que obviamente hubo quejas por parte de los ciudadanos quienes consideran, “Se supone que es un centro comunitario para la gente del valle y que no nos iban a cobrar”, dijo una señora que llevaba a sus tres hijos a la alberca y que al final no pudieron utilizar porque no llevaba dinero.

Se cuestionó al director de la escuela sobre el pago de uso de la alberca, él argumentó, “El costo es por hora, pero a nadie se obliga abandonar la alberca pasados los 60 minutos”. Pero no se debería cobrar, se le insistió, a lo que él replicó, “Al haber obtenido la licitación, significa una erogación por concepto de mantenimiento, como son  químicos, agua, luz, limpieza de alberca y área de la misma, entre otros”. También dijo que todo está debidamente arreglado, que él se arreglaba con la señora Fela Pelayo, de proyectos estratégicos del ayuntamiento.

Acudimos con la funcionaria, para saber el por qué del cobro, a lo que la señora Pelayo tomó el teléfono, se comunicó con Elías Pimentel y le preguntó del cobro, algo le dijo, pero ella le indicó de forma tajante, “Está prohibido y bajo ningún concepto se debe cobrar la entrada a la alberca”, y que dejara de hacerlo.

Sin embargo, considerando que el centro es para el desarrollo de la comunidad y se construyó para los ciudadanos del Municipio, el cuestionamiento más importante sería por qué se concesionó la alberca a un particular, al cual se le permite además, que considere cobrar por el uso de la alberca y no sólo por las clases de natación. El Chivabarrio es propiedad municipal, ¿No se supone que los beneficios los debería recibir la población? Es decir, tener acceso y clases gratuitas, así como el mantenimiento de la alberca debería correr por parte del ayuntamiento, al igual que su cuidado.

Incapacidad del municipio para operarla

Ante las dudas de la ciudadanía y la confusión de la operación de la alberca, entrevistamos al secretario, Erik Daniel Tapia Ibarra, actual secretario general del ayuntamiento, quien al ser cuestionado sobre el asunto, dijo que en el caso de la alberca de Chivabarrio, “Es porque el Municipio, como tal, en su estructura, no tiene la capacidad de operarla, y en general también esa es la justificación genérica para las concesiones”.

Además explicó, “Cuando es un servicio público que el Municipio, por su estructura y organización puede estar abajo el sistema de calidad y hay un particular que le puede entrar, y que dice, yo puedo dar este servicio con lineamientos de calidad, se otorga la concesión y es para que otorgue ese servicio a través del privado”, explicó el funcionario.

Al recordarle que el presidente municipal con licencia, Enrique Alfaro, dejó en claro que no se debía cobrar en los servicios públicos, argumentó, “No se cobra por el uso del Chivabarrio como tal, sino por las clases de natación, eso es lo que está autorizado en la concesión, si hay algún cobro irregular agradecería que me hicieran la denuncia”.

Al comentarle que los fines de semana se estaba cobrando 10 pesos por persona por hora en la alberca, dijo, “Si es así como dice, salvo revisar el convenio de concesión, hasta lo que yo recuerdo no está eso dentro de la concesión, yo intervine mucho en ese convenio, lo que recuerdo es que están concesionadas las clases de natación, habremos de checar si dentro de la concesión hay algo de uso, yo creo que no”.

Entonces, ¿Podemos decir que esto está dentro de la Ley? Le preguntamos, “La concesión está dentro de la ley, habría que verificar si ese cobro específico está dentro de la concesión”, respondió.

“La naturaleza de la concesión es de servicios públicos, es un híbrido entre la cuestión pública y la privada. El ayuntamiento como tal, poniendo este ejemplo, no tiene la capacidad para operar la alberca, no tenemos en nómina maestros de natación, salvavidas, etc.”, explicó.

Finalmente explicó, “Entonces se hace un proyecto, en el cual intervienen recursos públicos y se concesiona a un particular para la prestación del servicio, en el contrato de concesión vienen tarifas máximas y mínimas que nosotros también las cobraríamos en el caso de que pudiéramos operar la alberca, entonces lo que haces es darle a un particular la explotación de la concesión para que a través de él se dé el servicio público con las cuotas de recuperación legales”.

El que no pague no entra

   

Sin embargo, es de mencionar que con base a esta concesión, sólo tienen derecho a ingresar a la alberca los que se inscriban en los cursos de natación y si se toma en cuenta que la mayoría de la población de la zona valle, son de un nivel socioeconómico de medio hacia abajo, entonces son contados los que pueden tener acceso a ese lugar de sano esparcimiento.

Por lo que vale preguntar ¿La recuperación de espacios públicos por parte del ayuntamiento seguirá siendo para beneficio de unos cuantos?.