miércoles, 3 de octubre de 2012

Viaje al otro mundo

La situación de La Noria no ha mejorado desde que fue "recibida"


La entrada de este fraccionamiento es lo que se podría llamar una puerta a las oportunidades, al albergar una avenida de tránsito constante, una glorieta de gran tamaño y estar al paso de una de las vías tradicionales que conectan a la Cabecera de Tlajomulco con otras delegaciones y algunos fraccionamientos. Lamentablemente, esta zona está en posibles vías de desarrollo, o lo que es lo mismo, en el olvido.

Caminando por la avenida principal, Hacienda La Noria, se pueden observar casas abandonadas, sin puertas ni ventanas, eso sí, con una fachada que podría competir con las pinturas rupestres gracias a los incontables grafitis que se van acumulando.

El pasto de los camellones alcanza tamaños selváticos o está totalmente extinto, ya que algunas secciones son usadas como retornos vehiculares, basureros, incluso como áreas de esparcimiento.

Las calles se pueden diferenciar según su estado en “más o menos”, malo y pésimo según los habitantes, que al parecer están inconformes tanto con las banquetas y la cuneta vehicular, donde los baches descomunales, cuarteaduras y excesos de basura, material y escombro, son algo ya común.

Por Ángel Barajas

Sin embargo, una de las situaciones más sentidas por los colonos de La Noria es la inseguridad y el vandalismo, sobre todo en las últimas secciones, que es en donde se pueden encontrar la mayor parte de casas abandonadas y deterioradas, lugares que muchos catalogan “de mala muerte”, a pesar de que en el lugar exista un módulo de policía.
Al entrar a los cotos, el panorama cambia a un paisaje casi rural, en el centro hay áreas verdes dignas de un buen parque de futbol. Lamentablemente, ninguna de estas áreas se encuentra en óptimas condiciones. Generalmente se puede observar el zacate alto, yerba que crece libre y en caso de que existan juegos en estos lugares, quedan inaccesibles y cubiertos por la maleza.

Sólo en algunos casos, los vecinos se organizan para podar las áreas verdes, pero después de hacer espacio suficiente para que sus hijos jueguen o arreglar “su pedacito”, dejan el resto al “ahí se va” y juntan la basura en bolsas negras, para colocarlas a un lado del área limpiada, esperando que la basura se las lleve, lo que muy raramente sucede. Semanas o meses después, todavía se pueden ver los bultos de bolsas esperando, mientras que el pasto ya se ha recuperado.

Aventurándonos un poco más, llegamos a la glorieta interior, que por ahora es utilizada como una rudimentaria “terminal de camiones” y es considerada por muchos como un mal necesario, ya que gracias a la constante circulación de estos vehículos en una carpeta asfáltica de mala calidad, hace que las calles tengan un desgaste más acelerado de lo que nadie desearía, sin tomar en cuenta que los vehículos se estacionan justo en la vuelta de la glorieta, bloqueando un carril, generando baches y socavones extras.
De ahí, bastan algunos pasos para llegar a la zona más afectada de este conjunto habitacional, la etapa cinco, que alberga una escuela primaria y un drenaje fallido en el que se juntan las tuberías de descargas de aguas y van a dar a un cárcamo de desagüe. El problema es que este cárcamo tiene un nivel mayor al de la calle, lo que hace que el agua tarde mucho en salir y que en época de lluvias la situación empeore, debido al aumento del volumen del agua, lo que termina por rebasar la capacidad de la red y desbordarse por las coladeras y alcantarillas.

Este desperfecto tiene alrededor de siete años, pero ninguna solución ha sido planeada, primero porque esta etapa no estaba entregada. Sin embargo, desde la última sesión en cabildo del pasado mes de marzo, se aceptó recibirla junto con otras etapas faltantes, por parte del ayuntamiento de Tlajomulco, con la finalidad, según se argumentó, de brindar de los servicios necesarios a los habitantes, así como de solucionar varias problemáticas que había pendientes.

Lo anterior se presentó como una buena iniciativa, razón por la que se aprobó, pero a tan seis meses del cambio de administración (lo que faltaba en ese momento), los problemas de servicios públicos, red de agua y drenaje, pavimentación y seguridad, fueron temas en los que poco o nada se ha avanzó o solucionó por parte de las autoridades municipales; según comentan los mismos habitantes.

Finalmente, los asuntos de La Noria serán heredados a la siguiente administración, ya que debido al tiempo y los tantos pendientes en todo el Municipio que le quedaban a la actual administración, no se realizó acción alguna en este conjunto habitacional. Por ello, mientras la siguiente administración pone manos a la obra, los habitantes de este complejo deberán tener paciencia para que llegue el día en que les cumplan lo que les prometió el gobierno, que a final de cuentas será el de la continuidad.

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