Como cada 12 diciembre, la comunidad católica de este país celebra a la Virgen de Guadalupe, día en que la Ciudad de México se convierte en el epicentro de estas celebraciones. En Tlajomulco de Zúñiga es en la delegación de El Zapote del Valle donde la guadalupana es patrona.
Un enervante perfume de flores desde las primeras horas de este 12 de diciembre se percibía desde la parroquia de la Virgen de Guadalupe, asentada en el centro de esta comunidad, mientras la madrugada de ese día no dejaban de llegar personas provenientes de localidades como El Catorce, El Quince -en El Salto-, Refugio del Valle, Santa Cruz del Valle y fraccionamientos aledaños de esta región de la carretera a Chapala.
Por Aarón Estrada
Fue en punto de las 18 horas cuando comenzó la procesión, su último recorrido de este año de la Virgen de Guadalupe por las calles de esta población. En esta ocasión, con motivo del Año de la Fe, fue acompañada por Santo Santiago y la Virgen del Refugio del Valle, en una recorrido que involucró a las bandas de guerra, danzantes, así como ejidatarios de ese lugar e hijos asuntes de la delegación.
Una vez que las imágenes religiosas llegaron al templo de la Virgen de Guadalupe y repicaron las campanas, comenzó la eucaristía. Para ese momento, con la caída de la noche, los puestos de bebidas, comida y bisutería comenzaban a prepararse para el último día de fiesta.
En esta ocasión, una decena de policías resguardaban el lugar preparados para cualquier riña, “La orden es que a la primera riña se suspende la fiesta”, comentó uno de los elementos, decisión que fue consensada junto con los organizadores de estas fiestas.
La Sonora Mermelada, proveniente de Guadalajara, en punto de las 20 horas abrió pista para dar comienzo al baile, entre merengue, algunas parejas comenzaron a abrir pista, mientras decenas más esperaban el inicio de la Inolvidable Agua de la Llave.
La banda autora de la última vez se presentó pasadas las 10 de la noche, la acumulación de personas en la plaza principal se hacía mayor, parejas y familias enteras acudieron a este baile, el cual al cierre de esta edición no se presentó ningún incidente. Con ello se cerró un año más de la celebración de la Virgen de Guadalupe, muestra de mexicanidad en un pueblo que tiene como vecino un aeropuerto internacional.
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