Los charros de Tlajomulco celebraron a su patrono, Santo Santiago, una tradición que se replica cada año, aunque cada vez con menor número de participantes.
Durante la mañana del jueves 25 desfiló por las principales calles de la Cabecera Municipal un contingente encabezado por la imagen de Santo Santiago, uno de los santos más venerados en la localidad, así como el primer nombre que acompañó a Tlajomulco durante la época colonial.
Por Aarón Estrada
Hombres montados a caballo, así como mujeres y niños, fueron los principales participantes de esta procesión religiosa, quienes fueron vistos por habitantes de la Cabecera Municipal, vecinos de otras comunidades de la localidad y visitantes que se encontraba de paso por las calles del centro del municipio.
La cabalgata concluyó pasado el mediodía en el Templo del Hospital, santuario de la Virgen Purísima, quien comparte este recinto religioso con Santo Santiago, ahí el repicar de las campanas anunciaba la llegada de la imagen de Santiago El Mayor.
La celebración de este santo, personaje ícono de la conquista española en el occidente del País, cada 25 de julio se celebra desde la pre-conquista con gran plenitud en poblaciones del sur de Zacatecas, Guadalajara, Tonalá, los altos de Jalisco y otros municipios del centro de Jalisco, como Tlajomulco de Zúñiga.
En Tonalá, marca el inicio de la tradicional fiesta de los Tastoanes, antiguos guerreros indígenas que pelearon por la defensa de los reinos de la Xihualpilli, pero que fueron conquistados con la imagen de Santo Santiago, al quien la rinden culto y hoy marca una tradición cultural de esta localidad.
Mientras que en Tlajomulco, municipio que históricamente con mayor religiosidad adoptó a este santo como patrono, fue referencia para los charros del municipio, principalmente los de la Cabecera Municipal, donde incluso una asociación lleva el nombre de Santiago, en su honor.
Con el paso de los año,s es notorio que este tipo de manifestaciones religiosas van quedando a un lado, ante un municipio metropolitano, por lo que su procesión cada año disminuye. Sin embargo, los jinetes aún conservan esta tradición y acto de fe.
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