jueves, 8 de agosto de 2013

Somos productores de basura

El sentido figurado de la palabra cerdo en referencia a la gente sucia viene a utilizarse debido a que este animal es el ser domesticado más sucio conocido por el hombre, claro, exceptuando al propio ser humano.

Y es que basta dar un recorrido por el Municipio de Tlajomulco de Zúñiga, para tener un panorama de la situación y darnos cuenta de la enorme capacidad del hombre para ensuciar el lugar en el que habita.
Por Víctor Hugo Ornelas


Ejemplos los encontramos en cada rincón de Tlajomulco, y  sobre todo en los rincones, tal es el caso del predio ubicado a un costado del ingreso al fraccionamiento Geovillas La Arbolada, en donde los pequeños huecos en la malla de alambre que delimita el terreno son utilizados para  depositar cualquier tipo de desecho.

Botes de plástico, papel higiénico, ropa, residuos de comida, retazos de electrodomésticos y otros tantos más son desechados por los vecinos, que en algún momento encontraron adecuado este lugar para tirar la basura que no quieren en su casa y no pueden esperar a que pase el camión recolector.

Quienes depositan la basura en estos lugares, en ocasiones deben recorrer entre 300 y 500 metros para tirar sus desechos, en áreas que pueden ser públicas o privadas, lo que habla de un dolo por parte de quienes realizan estas acciones.

El asunto es tan evidente, que ya el Ayuntamiento se encargó de denominar a estas personas como “ensuciadores” y hasta de catalogarlos en tipos de ensuciador y los ha llamado de emergencia, lanzador, olvidadizo, mago, morusita y orgánico, esto en un intento poco común por generar conciencia.

Con este programa pretenden contrarrestar la generación de basura en las calles, sin embargo poco se puede lograr cuando no hay disposición del ciudadano por generar esa conciencia de limpieza y menos cuando es evidente que hay gente que hace de todo para deshacerse de la basura, menos lo correcto, depositarla en un bote y entregarla al recolector.

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