Algunos servidores públicos del Ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga, pensaron que podrían engañar a la administración con respecto a su horario de entrada y durante un tiempo lo consiguieron.
Muchos no se preocupaban por llegar a laborar en el horario que marca el reglamento y bastaba ponerse de acuerdo con alguno de sus compañeros o hacer una llamada telefónica para que alguien más checara su tarjeta de ingreso a tiempo.
Por Víctor Hugo Ornelas
Esta práctica no es nueva, sino que se lleva a cabo desde hace mucho, probablemente desde que se implementó el checador como método para registrar y controlar el horario de entrada y salida de los empleados.
Sin embargo, con el tiempo no faltó quien cometiera un error y fuera descubierto por la Contraloría Municipal, que desde la administración pasada intenta regular este tema, y ha tenido que recurrir a medidas poco habituales para dar con los tramposos.
En una primera instancia, la Contraloría Municipal destinó a uno de sus empleados a permanecer cerca del reloj checador, ahí, el funcionario observaba durante el horario de entrada el comportamiento de los servidores públicos, que sin el menor empacho checaban de dos hasta cinco o seis tarjetas.
La medida de la Contraloría fue retirar la tarjeta, tanto del que checara las ajenas, como de aquel que recibía el favor, además levantó actas administrativas que iban acompañadas de una llamada de atención, sin embargo la practica siguió ocurriendo.
Ante la insistencia de los funcionarios, ha optado por medidas más determinantes, en una primera acción aquellos a quienes les chequen tarjeta o chequen tarjetas ajenas, serán sancionados y se les descontará un día de salario.
Aunado a ello, ya no tendrá a una persona que esté cuidando a los infractores, sino que retiró el reloj checador de su lugar habitual en las oficinas administrativas de la Plaza Eugenio Zúñiga y lo colocó a un costado de sus oficinas, pero por si esto fuera poco, habilitaron una cámara que registra cada movimiento que ocurre junto al reloj checador.
En lo que se refiere al Centro Administrativo Tlajomulco, en las siguientes semanas podrá ponerse en marcha el checador electrónico que funciona con la huella dactilar de los empleados, de esta manera será imposible hacer favores a los compañeros y cada servidor público deberá hacerse responsable de su horario de entrada y las sanciones por no respetarlo, mientras tanto, la Contraloría tiene que estarlos cuidando peor que a un niño en guardería.
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