A pesar de que cada verano llegan miles de nuevas familias a radicar Tlajomulco de Zúñiga y la construcción de nuevas desarrollos habitacionales continúan, este municipio sigue siendo una localidad donde una cuarta parte de su territorio es destinado para actividades agropecuarias, principalmente la siembra de maíz y sorgo.
Del total de las 63 mil 900 hectáreas que conforman todo el territorio del municipio, 16 mil hectáreas son destinadas a la producción agropecuaria, principalmente a la siembra de semillas, promedio de territorio que se ha mantenido en los últimos cinco años, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Por Aarón Estrada
La siembra de maíz blanco es la principal actividad agrícola del municipio, el cual está situado como uno de las seis localidades que mayor producción de maíz genera en toda la entidad.
De acuerdo a la tabla del seguimiento del ciclo agrícola Primavera-Verano 2012, del Centro de Apoyo al Desarrollo Rural (CADER) No.3 de Sagarpa con sede en Tlajomulco, el año pasado se sembraron y cosecharon 13 mil 959 hectáreas de maíz blanco, las cuales produjeron un total de 96 mil 509 toneladas, que generaron ingresos de 402 millones 906 mil pesos.
Manuel Ledesma, jefe del CADER, asegura que las ganancias en cuanto a la producción de maíz blanco varían cada año, dependiendo la taza que fije anualmente el gobierno federal.
El año pasado, de acuerdo a cifras de la Sagarpa, la tonelada en Tlajomulco se pagó a cuatro mil 174 pesos, para este ciclo agrícola aún no se tiene proyectado a cuánto ascienda el pago, dado que apenas se ha sembrado la semilla.
Datos del seguimiento de cultivos para el ciclo agrícola Primavera – Verano 2013, indican que en esta temporada fueron sembradas 13 mil 389 hectáreas de maíz blanco, mientras que en 130 hectáreas fue sembrado maíz amarillo, semilla especializada en el consumo agroindustrial.
Pero no nada más se produce maíz en Tlajomulco, otra semilla es el sorgo, grano para consumo animal que este año se sembró en 224 hectáreas, así como el maíz verde utilizado también para forraje que se sembró en 38 hectáreas.
Pero además de estas siembras, se plantan en 169 hectáreas diversas hortalizas, como lo son calabacitas, tomate, apio, acelgas, lechuga, cilantro, brócoli, acelga, rábano, entre otros cultivos.
En algunos de estos casos el ciclo agrícola ha concluido apenas hace unos meses, por lo que al corte del primero de agosto de este año del seguimiento del ciclo agrícola Primavera – Verano 2013, de la Sagarpa, se contabilizan que la producción neta de hortalizas fue de dos mil 156 toneladas, lo que trajo consigo ingresos de cinco millones 633 mil pesos.
Prioridad mantener la actividad agropecuaria
Ante este panorama, el gobierno de Tlajomulco a través de la Coordinación de Proyectos Estratégicos, realiza una decena de programas para fortalecer la producción agrícola en el municipio, pero principalmente “Para no dejar que se pierda esta actividades y llevarlas a un mayor nivel de producción en beneficio de los trabajadores del campo”, afirma Antonio Salazar Gómez.
El funcionario indica que desde 2010, el Ayuntamiento apoya con estudios de mejoramiento de suelo, composta orgánica e insumos a fondo perdido a diversos agricultores del municipio, “A pesar de que esos apoyos son responsabilidad de la Federación y el Estado, nosotros destinamos recursos y personal para apoyar a los productores”, indica.
Programa como el mejoramiento de suelos y desarrollo de composta orgánica, además de beneficiar el número de producción por toneladas a los productores de maíz y sorgo, ha contribuido a que se vuelvan a utilizar recursos orgánicos y disminuir el uso de fertilizantes químicos, “que suelen ser muy caros y a lo largo dañan la tierra”, abunda el funcionario.
Estos apoyos a la producción agrícola, “sirven especialmente”, recalca, Salazar Gómez, para “Garantizar que Tlajomulco siga siendo un municipio agrícola, donde las familias que se dedican a esta actividad no tengan que abandonar el campo y vender sus tierras, sino que les deje para vivir dignamente y crecer como un negocio”.
Ante ello es común que la panorámica del municipio en cada verano sea de milpas y tinacos, el verde obscuro de los cultivos aparece como fondo de las viviendas de interés social.
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