Protección civil, ecología municipal y sismólogo de la UdeG, supervisaron y midieron el impacto de la explosión |
Las quejas de los vecinos de Cuexcomatitlán sobre la
explotación de un banco de material a un kilómetro y medio de la población,
provocaron una revisión a fondo, tanto de los documentos que avalan su
funcionamiento como de las condiciones en las que opera.
En la publicación anterior de este semanario, se
detallaron las quejas, entre ellas, enfermedades ocasionadas en ojos y piel,
supuestamente ocasionadas por el polvo que emana con los movimientos de tierra,
así como la preocupación de que se tapen las venas del pozo de agua y las
cuarteaduras de varias casas.
Por Mario G. León
Pese a contar con la licencia, el martes 17 se presentó
en la plaza de Cuexcomatitlán, donde estaban reunidos, además de varios vecinos
de la localidad, los representantes del banco de materiales, un sismólogo de la
Universidad de Guadalajara, un perito en detonaciones, varios elementos de la
dirección de ecología municipal, cuatro elementos de protección civil, el
delegado de la población y el secretario general de ayuntamiento, para dar fe
de las pruebas que se realizaron con una detonación en el banco de materiales.
El ingeniero Zamora, solicitó además, la presencia, para
realizar las pruebas, de los miembros del comité vecinal que promueven la
clausura del banco de materiales, para junto con ellos llegar a la conclusión
del impacto que en la población, esto en base a pruebas científicas y
determinar si es necesaria su clausura o permitir su continuidad.
El delegado Rubén de Santiago comentó que momentos antes
se había retirado del lugar la señora Miriam Beltrán, informándole que no
podría estar presente durante las pruebas, por lo que el ingeniero Salvador
Zamora, acompañado del delegado y el secretario general, decidió ir a la casa
de ella para invitarla, pero la señora se negó argumentando:
“Les pedimos que
nos avisaran con tres días de anticipación y me avisaron apenas ayer, yo no soy
el comité ni se trata de algún asunto personal, somos ocho, ya me comuniqué con
los demás y me pidieron no ir, porque yo no los represento sola”
Se le explicó que el uso de explosivos lo autorizan las
fuerzas armadas y ellos disponen el día y la hora y que a ella se le había
avisado tan pronto como el ejército había autorizado el uso de explosivos, ante
la negativa de acompañarlos le propusieron los lugares para instalar los
sismógrafos, que medirían las vibraciones ocasionadas con la explosión que
minutos después se haría en el banco de materiales, eligiendo la casa de Rosita
y la de Martha, ambas con cuarteaduras.
Una vez puestos de acuerdo, la señora Miriam le comentó
al ingeniero Zamora: “Esto no se trata de
dimes y diretes, sino de hacer, y eso es lo importante, que dan la cara y
vienen personas a ver qué pasa y eso habla bien del ayuntamiento y de ustedes”,
ante esto, el ingeniero le reiteró que él estaba presente no como director,
sino porque se había comprometido a darle seguimiento a este asunto, porque le
interesa lo que sucede en Cuexcomatitlán, que es su pueblo y por los diversos
señalamientos que se habían hecho hacia su persona.
Posteriormente, el personal de protección civil y
ecología se distribuyó en los dos puntos de medición y el banco de materiales.
El sismólogo instaló los equipos en los puntos establecidos y se preparó todo
para la explosión. Una vez confirmado que todo estaba listo para medir el
impacto en la población se dio luz verde al personal del banco para dinamitar.
El perito en detonaciones explicó que este tipo de
explosiones se realizan siempre con 1,275 kilos de carga total, de los cuales
25 kg son de alto explosivo y el resto de agente explosivo, “Ni se le puede poner más, porque es
incosteable ni se le pone menos, porque después deben utilizar mucha
maquinaria”.
Personal de este semanario estuvo presente en la
explosión a distancia prudente y pudo constatar el fuerte impacto y la nube de
polvo que se levantó, minutos después, platicando con Don Juan, el encargado
del banco, señaló que el explosivo, en esta ocasión, fue más potente que el
utilizado anteriormente, pues la calidad depende de la casa productora.
Nos trasladamos después a la población para conocer la
medición, el sismólogo Arturo Malagón, de la Universidad de Guadalajara
comentó, “Las vibraciones que registramos
de acuerdo a los parámetros de la voladura son valores bajos en cuestiones de
velocidad de partícula, aceleración del terreno y desplazamiento; la onda de
aire también fue baja de acuerdo a los niveles que pueden ocasionar daños”.
Para entender qué es bajo, le pedimos que lo comparara
con el sismo recientemente experimentado el pasado miércoles 11 de abril, “Los valores son bajísimos, prácticamente no
pinta, si hacemos una comparación con la intensidad del evento, ni pinta para
nada la vibración registrada para que cause algún daño, ni en las estructuras
ni al mismo ser humano (…) De todo esto entregaremos un informe detallado a
protección civil para que ellos tomen las medidas conducentes”.
El delegado de Cuexcomatitlán, Rubén de Santiago,
permaneció en el pueblo durante la explosión, al cuestionarlo qué percepción
tuvo de ese hecho, el respondió: “No, no se sintió nada, al tiempo que dijeron
que ya, se registraron ahí los movimientos pero no se sintió ni se oyó nada”.
Se le preguntó también sobre el polvo generado en ese momento y en los últimos
meses, “Pues no se ha detectado, es más
bien por el tiempo de sequía, yo diría que es normal para este tiempo”,
concluyó diciendo que ahora sólo toca esperar a que los peritos entreguen los
reportes, “Y dependiendo qué digan, ver qué hacer”.
Al dueño del banco de materiales se le preguntó cuánto
tiempo tienen explotándolo, él señaló que el permiso lo tienen desde la
administración anterior, situación que verificamos con el dictamen de uso de
suelo fechado del 17 de noviembre de 2009, “Pero
después tuvimos que preparar camino, meter luz y acondicionar todo, nos llevó
mucho tiempo, porque empezamos a sacar material apenas el año pasado”,
comentó.
A reserva de lo que digan las autoridades oficiales y el
dictamen de protección civil, todo apunta a que el banco de materiales podrá
seguir operando, pues los mismos pobladores, aunque no estuviera presente nadie
del comité que promueve su clausura, declararon a este medio no haber percibido
ni ruido, ni vibraciones, ni siquiera polvo al momento de la detonación.
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