sábado, 21 de abril de 2012

Supervisan banco de materiales


Protección civil, ecología municipal y sismólogo de la UdeG, supervisaron
y midieron el impacto de la explosión



Las quejas de los vecinos de Cuexcomatitlán sobre la explotación de un banco de material a un kilómetro y medio de la población, provocaron una revisión a fondo, tanto de los documentos que avalan su funcionamiento como de las condiciones en las que opera.

En la publicación anterior de este semanario, se detallaron las quejas, entre ellas, enfermedades ocasionadas en ojos y piel, supuestamente ocasionadas por el polvo que emana con los movimientos de tierra, así como la preocupación de que se tapen las venas del pozo de agua y las cuarteaduras de varias casas.

Por Mario G. León

En esa publicación se solicitó información a Salvador Zamora, quien nos informó que él ya no era director de la dependencia, versión desmentida en esa ocasión por el presidente interino, sin embargo, solicitamos copia de la licencia mencionada para conocer la fecha de la misma y en efecto, el ingeniero Salvador Zamora tenía la razón, pues se le otorgó “licencia sin goce de sueldo” del 31 de marzo al 2 de julio.

Pese a contar con la licencia, el martes 17 se presentó en la plaza de Cuexcomatitlán, donde estaban reunidos, además de varios vecinos de la localidad, los representantes del banco de materiales, un sismólogo de la Universidad de Guadalajara, un perito en detonaciones, varios elementos de la dirección de ecología municipal, cuatro elementos de protección civil, el delegado de la población y el secretario general de ayuntamiento, para dar fe de las pruebas que se realizaron con una detonación en el banco de materiales.

El ingeniero Zamora, solicitó además, la presencia, para realizar las pruebas, de los miembros del comité vecinal que promueven la clausura del banco de materiales, para junto con ellos llegar a la conclusión del impacto que en la población, esto en base a pruebas científicas y determinar si es necesaria su clausura o permitir su continuidad.

El delegado Rubén de Santiago comentó que momentos antes se había retirado del lugar la señora Miriam Beltrán, informándole que no podría estar presente durante las pruebas, por lo que el ingeniero Salvador Zamora, acompañado del delegado y el secretario general, decidió ir a la casa de ella para invitarla, pero la señora se negó argumentando:

“Les pedimos que nos avisaran con tres días de anticipación y me avisaron apenas ayer, yo no soy el comité ni se trata de algún asunto personal, somos ocho, ya me comuniqué con los demás y me pidieron no ir, porque yo no los represento sola”

Se le explicó que el uso de explosivos lo autorizan las fuerzas armadas y ellos disponen el día y la hora y que a ella se le había avisado tan pronto como el ejército había autorizado el uso de explosivos, ante la negativa de acompañarlos le propusieron los lugares para instalar los sismógrafos, que medirían las vibraciones ocasionadas con la explosión que minutos después se haría en el banco de materiales, eligiendo la casa de Rosita y la de Martha, ambas con cuarteaduras.

Una vez puestos de acuerdo, la señora Miriam le comentó al ingeniero Zamora: “Esto no se trata de dimes y diretes, sino de hacer, y eso es lo importante, que dan la cara y vienen personas a ver qué pasa y eso habla bien del ayuntamiento y de ustedes”, ante esto, el ingeniero le reiteró que él estaba presente no como director, sino porque se había comprometido a darle seguimiento a este asunto, porque le interesa lo que sucede en Cuexcomatitlán, que es su pueblo y por los diversos señalamientos que se habían hecho hacia su persona.

Posteriormente, el personal de protección civil y ecología se distribuyó en los dos puntos de medición y el banco de materiales. El sismólogo instaló los equipos en los puntos establecidos y se preparó todo para la explosión. Una vez confirmado que todo estaba listo para medir el impacto en la población se dio luz verde al personal del banco para dinamitar.

El perito en detonaciones explicó que este tipo de explosiones se realizan siempre con 1,275 kilos de carga total, de los cuales 25 kg son de alto explosivo y el resto de agente explosivo, “Ni se le puede poner más, porque es incosteable ni se le pone menos, porque después deben utilizar mucha maquinaria”.

Personal de este semanario estuvo presente en la explosión a distancia prudente y pudo constatar el fuerte impacto y la nube de polvo que se levantó, minutos después, platicando con Don Juan, el encargado del banco, señaló que el explosivo, en esta ocasión, fue más potente que el utilizado anteriormente, pues la calidad depende de la casa productora.

Nos trasladamos después a la población para conocer la medición, el sismólogo Arturo Malagón, de la Universidad de Guadalajara comentó, “Las vibraciones que registramos de acuerdo a los parámetros de la voladura son valores bajos en cuestiones de velocidad de partícula, aceleración del terreno y desplazamiento; la onda de aire también fue baja de acuerdo a los niveles que pueden ocasionar daños”.

Para entender qué es bajo, le pedimos que lo comparara con el sismo recientemente experimentado el pasado miércoles 11 de abril, “Los valores son bajísimos, prácticamente no pinta, si hacemos una comparación con la intensidad del evento, ni pinta para nada la vibración registrada para que cause algún daño, ni en las estructuras ni al mismo ser humano (…) De todo esto entregaremos un informe detallado a protección civil para que ellos tomen las medidas conducentes”.

El delegado de Cuexcomatitlán, Rubén de Santiago, permaneció en el pueblo durante la explosión, al cuestionarlo qué percepción tuvo de ese hecho, el respondió: “No, no se sintió nada, al tiempo que dijeron que ya, se registraron ahí los movimientos pero no se sintió ni se oyó nada”. Se le preguntó también sobre el polvo generado en ese momento y en los últimos meses, “Pues no se ha detectado, es más bien por el tiempo de sequía, yo diría que es normal para este tiempo”, concluyó diciendo que ahora sólo toca esperar a que los peritos entreguen los reportes, “Y dependiendo qué digan, ver qué hacer”.

Al dueño del banco de materiales se le preguntó cuánto tiempo tienen explotándolo, él señaló que el permiso lo tienen desde la administración anterior, situación que verificamos con el dictamen de uso de suelo fechado del 17 de noviembre de 2009, “Pero después tuvimos que preparar camino, meter luz y acondicionar todo, nos llevó mucho tiempo, porque empezamos a sacar material apenas el año pasado”, comentó.

A reserva de lo que digan las autoridades oficiales y el dictamen de protección civil, todo apunta a que el banco de materiales podrá seguir operando, pues los mismos pobladores, aunque no estuviera presente nadie del comité que promueve su clausura, declararon a este medio no haber percibido ni ruido, ni vibraciones, ni siquiera polvo al momento de la detonación.

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