Una de cada tres casas de Tlajomulco se encuentra deshabitada, muchas de ellas, vandalizadas |
El “desmedido” crecimiento poblacional,
-como lo han llamado sus más recientes gobernantes- en Tlajomulco de Zúñiga, genera
una serie de problemas sociales que colocan al municipio dentro de los más
conflictivos de la zona metropolitana de Guadalajara.
De acuerdo al Plan Municipal de
Desarrollo, presentado en las administraciones, 2004-2006, 2007-2009 y
2010-2012, así como las propuestas presentadas en campaña por el actual
gobierno, la dotación de servicios públicos y la seguridad pública han sido los
principales retos que se han impuesto las últimas cuatro administraciones de
este municipio.
Sin embargo, basado el incremento de las
denuncias emitidas por ciudadanos en los últimos nueve años, tanto al Gobierno
Municipal, como a la procuraduría de justicia con sede en éste municipio,
mientras crece la población, a la par, se incrementan las necesidades de sus
habitantes.
De acuerdo a datos del último censo del
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) Tlajomulco
está posicionado como el segundo municipio con mayor incremento poblacional en
el país, solamente por debajo de García, Nuevo León.
Por Víctor Hugo Ornelas
Tlajomulco, según datos su Dirección de
Desarrollo Urbano, cuenta con un total de 422 fraccionamientos construidos en
un lapso de 42 años, es decir un promedio de 10 conjuntos habitacionales por
año, pero los números no pueden tomarse de esa manera, pues fue a partir del
nuevo siglo, cuando las inmobiliarias comenzaron a invertir en los llamados
mega fraccionamientos, construyendo en una década más de 200 unidades
habitacionales.
El primer fraccionamiento de Tlajomulco
fue construido en 1970, un conjunto habitacional de nombre El Palomar que hoy
en día se encuentra en la categoría de los de mayor estatus social en el estado
de Jalisco.
En contraste, Santa Fe, Chulavista y Los
Silos, edificados en la última década, se han convertido en focos rojos en
materia de inseguridad, en su haber, estos lugares tienen un historial de
homicidios, robos, violencia y marginación que han rebasado a las autoridades
municipales, aun con lo anterior, de acuerdo al INFONAVIT, actualmente de cada
10 créditos que otorga la institución, al menos seis se ejercen en Tlajomulco.
Una
de cada tres viviendas, deshabitadas
Los relatos y declaraciones de los
vecinos entrevistados en diferentes fraccionamientos del municipio, indican que
las casas deshabitadas son objeto de diversas actividades delictivas: puertas,
muebles de baño, instalación eléctica, marcos de ventanas, cristales, tarjas y
tubería, son sustraídos de estas viviendas para luego comercializarse
principalmente en las llamadas zonas de segundas de los tianguis.
El allanamiento es otra de las
actividades que los vecinos de los fraccionamientos Chulavista, La Noria y Los
Silos, relacionan con las casas vacías, “A nosotros nos prestó la casa el
dueño, tenemos como un año viviendo aquí”, señaló un hombre que junto a su
familia habita una casa en la calle Santa Isabel de la etapa tres del
fraccionamiento Chulavista.
Aunque, al preguntar al sujeto por el
nombre del propietario de la vivienda que tuvo a bien prestar la casa, no supo
responder y un tanto nervioso señaló, “No, la verdad no sé cómo se llama, pero
mira, aquí estamos tranquilos verdad, no nos metemos con nadie”, enseguida
preguntó, “¿Vienen del INFONAVIT o de dónde?”, luego de esto, concluyó la
entrevista.
Al ingresar a una de las viviendas
deshabitadas de la calle Sierra de Chapultepec, en la etapa cinco de
Chulavista, se pueden encontrar más que muros y ventanas rotas: en el piso, en
lo que supone ser la sala-comedor, se podía apreciar una gran cantidad de ropa
amontonada, el baño aún conservababa la función para la que fue creado, aunque
era el suelo el que hacía las de retrete.
Sin embargo, fue en las recámaras de la
vivienda donde encontramos lo más relevante acerca del uso que se le da a estas
casas: tendidos sobre el suelo y cubierto con una sábana, yacían los restos de
una caseta telefónica que aparentaba haber sido sustraída de su lugar en la
calle para luego ser desmantelada y extraer el dinero que había en su interior,
mientras que en el otro cuarto, un perro visiblemente mermado de salud,
convalecía tendido entre heces fecales y algunos huesos.
Sorpresivamente, una persona cruzó de lo
que podría ser el patio y apoyándose de una llanta brincó por encima de la
barda de la casa dirigiéndose a la vivienda colindante, la cual también estaba
deshabitada, todo esto, frente a una escuela primaria.
Pero Chulavista no es el único lugar
dónde las casas deshabitadas generan inseguridad, fomentan el pandillerismo y
los actos delictivos. Una mujer, habitante del fraccionamiento Los Silos, quien
prefiere que nos refiramos a ella como María, por temor a alguna represalia a
sus declaraciones, dice vivir con un “miedo” constante.
“No sabemos qué hagan ahí adentro (en la
casa vecina) pero seguido meten muchachitas y vienen unas personas como a
drogarse, bueno eso creo yo, porque huele muy feo cada que entran a la casa”,
señaló María, que al preguntarle si en alguna ocasión había denunciado a la
policía lo que nos narró, respondió nunca haberlo hecho, “Imagínate, uno ni
sabe quiénes son (los que ingresan a la vivienda) al rato la agarran contra
nosotros”.
El último estudio del INEGI indica que
en Tlajomulco hay un total de 171 mil 710 casas habitación, de las cuales 57
mil 151 se encuentran deshabitadas, dato que se corrobora con el presentado en
2011 por Instituto Mexicano para la Competitividad, mismo que pone al municipio
como el de la tasa de vivienda abandonada más alta de México.
Cabe mencionar que existe una diferencia
entre el termino vivienda abandonada y vivienda deshabitada, esta última se
refiere a las casas que tienen dueño, incluso pueden estar al corriente de
pagos municipales pero nadie las habita, entre tanto, se considera vivienda
abandonada a toda aquella casa que
además de estar deshabitada, no registra el pago de los impuestos y
crédito hipotecario.
Al respecto, la dirección jurídica del
municipio, que colabora con el INFONAVIT en un programa de recuperación y
remate de viviendas abandonadas, señala que actualmente en Tlajomulco hay al
menos 5 mil 700 de estas casas, de las cuales mil están por ser rematadas a
través del mencionado programa que fue implementado en 2010.
Un
panorama con los que no están, o aún no llegan
Más de 416 mil personas habitan
fraccionamientos y comunidades dispersas en un municipio que tiene 636
kilómetros cuadrados de extensión territorial -más de tres veces el tamaño de
la ciudad de Guadalajara-, una situación que ha complicado las cosas al
Gobierno Municipal, tanto para dotar de los servicios básicos a cada una de las
localidades, como para combatir con éxito el índice delictivo, que según
información emitida por el propio gobierno, se presenta en mayor medida en
delitos del fuero común, siendo el más recurrente robo a casa habitación, pues
refiriéndonos solamente a 2011, se presentaron 843 denuncias por esta causa.
Pero qué pasaría si las 57 mil viviendas
deshabitadas fueran ocupadas por sus propietarios, tomando en cuenta que el
promedio de ocupantes por vivienda particular habitada que arroja el INEGI es
de cuatro, es decir, ¿Qué pasaría si Tlajomulco recibiera a esos 228 mil
habitantes? “Sí en un momento dado se cubrieran todos esos espacios de
vivienda, estaríamos hablando de una crisis de nuestro presupuesto”, mencionó
Ismael Del Toro, Presidente Municipal de Tlajomulco.
Y es que en contraste con la tasa de
crecimiento municipal, que es del 12.3 por ciento anual, según el Índice de
Desarrollo Humano en México, el presupuesto per cápita de Tlajomulco es “de los
más pobres del país”, dijo el alcalde.
No obstante, ese crecimiento, o los más
de 200 mil habitantes que podrían ocupar las viviendas deshabitadas, no
estarían tazando para los ingresos del municipio, pues en la fórmula para destinarle recursos,
el número de habitantes no es el factor más determinante para definir la suma a
otorgar por la federación.
El tema del crecimiento
“desmedido”, es motivo de preocupación
para el Gobierno Municipal, incluso, el alcalde señaló para este medio que
pedirá a la Cámara de la Industria de la Vivienda que no se sobre-oferte la
vivienda en el municipio y se trabaje en un esquema para solventar esos temas.
De continuar el crecimiento, los
problemas para dotar de servicios crecerían, pues el municipio seguiría
contando con los mismos elementos para atender la “recolección de basura,
policía, alumbrado, (eso) sí nos complicaría”, añadió el alcalde.
La percepción ciudadana de seguridad en
Tlajomulco es la peor calificada de la Zona Metropolitana de Guadalajara en
base a lo señalado en la Encuesta Continua de Percepción de Seguridad Pública.
En las calles de sus fraccionamientos,
no sólo hay casas deshabitadas, sino una ausencia de elementos policiacos, pues
de acuerdo a la media señalada por la ONU, debería haber un policía por cada
357 habitantes, en tanto que en Tlajomulco, según la nómina de seguridad
pública, hay un policía por cada 693 pobladores.
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