Se secó la laguna de Cajititlán
Uno de los momentos más críticos
que vivió Tlajomulco a lo largo de su historia, quedó documentado en las
páginas de La Verdad: Cajititlán se secó. En la primavera de 2001, las aguas
del vaso lacustre distintivo de nuestro Municipio llegaron a un nivel por
debajo del metro y medio de profundidad.
“Llegó el día que nadie deseaba: la laguna de Cajititlán se acabó. El
pequeño espejo de agua que quedaba no soportó los intensos rayos de sol y se
secó en el curso de esta semana. La población de Cajititlán y otras que se
encuentran en las orillas de lo que fue el vaso están apesadumbrados y esperan
que las tres instancias del Gobierno asuman la responsabilidad y realicen las
obras necesarias para que la laguna vuelva a captar agua el próximo temporal”,
se lee en la nota que daba cuenta de este suceso del viernes 13 de abril de
2001.
Los paseos en lanchas se
interrumpieron, así como la pesca, algunas embarcaciones se movían a escasos
centímetros del lodo, se hicieron misas para la recuperación del nivel del agua
del vaso lacustre, tras la sequía, se descubrió una osamenta en el centro de la
laguna de Cajititlán.
El gobierno municipal y la
Comisión Estatal del Agua, rehabilitaron el canal de Cedros para que se
alimentará de agua a la laguna de Cajititlán, lo que generó que el vaso
lacustre recuperará su nivel de manera paulatina hasta el verano del 2002.
Tragedia en el Cerro Viejo
Otra de las notas que impactó en
2001, fue sin duda la que llevó por encabezado “Tragedia en Cerro Viejo”, durante la semana santa de ese año. Tras
la muerte de un excursionista, al parecer sufrida por intoxicación, al ingresar a una cueva
donde se almacenaba gasolina de manera clandestina en una decena de
contenedores.
Eduardo Pacas, quien falleció en
el lugar, se encontraba de paseo por el Cerro Viejo acompañado de un grupo de
excursionistas, que como es tradición, los días santos subían a ese lugar. El
jueves santo decidió meterse a una cueva y al no poder salir rápidamente del
sitio, murió por intoxicación, mientras que Juan Hernández Tapia, quien lo
acompañaba en la expedición, de igual forma se intoxicó, pero logró vivir para
contarlo.
En un rescate sin precedentes en
Tlajomulco, paramédicos de Bomberos de Guadalajara, en un helicóptero lograron
rescatar al sobreviviente y bajaron en esa misma aeronave el cuerpo de quien
falleció en el lugar, hasta el campo del club Rápido de San Miguel Cuyutlán.
La noticia fue de tal impacto,
que incluso la edición se reimprimió en dos ocasiones, con un tiraje aproximado
de 3 mil ejemplares.
En la grilla
La presión de los habitantes de
Delegaciones y Agencias Municipales logró que Sánchez Magaña realizara una
consulta pública para designarlos, proceso que no quedó exento de críticas,
pues en Cuexcomatitlán fue nombrado Delegado, Álvaro de la Cruz, sin haberse
registrado para la contienda, todo porque a Antonio Tatengo, como Regidor, se
le ocurrió agregar una línea para votar por “otro”.
Enrique Alfaro Ramírez comenzó a
aparecer en los primeros planos de la política municipal, encabezando el
Consejo de Colaboración Municipal de Tlajomulco.
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