San Pedro Valencia paulatinamente vuelve a su normalidad, después del ecocidio sufrido en la presa de El Hurtado, ocasionado por el derrame de melaza en junio pasado por una agroindustria.
El paso del huracán Manuel por Jalisco, trajo consigo el ingreso de agua pluvial a la presa de El Hurtado, a través de dos cauces, por lo que el cuerpo de agua se elevó al doble de como se encontraba en junio pasado.
El fétido olor a dulce y pescado muerto, que tenía hace unos meses a consecuencia del derrame de 50 mil litros de melaza desde el municipio de Tlajomulco, ha desparecido por completo de esta presa.
Por Aarón Estrada
A la par, se ha comenzado a clarear el espejo de agua, aunque en algunas partes persiste el color oscuro, en otras regiones de la presa comienzan a llegar las aves y nadar los patos, sin embargo, la presa sigue sin lanchas ni pescadores.
Durante la tarde del pasado 16 de septiembre, al menos tres restaurantes se observaban de dos a tres mesas con comensales, “Aunque el sábado tuvimos un poco de más gente, al menos cuatro mesas”, afirma una joven que atiende en el restaurante familia Valencia Comanda, ubicado frente a la presa.
Esto luego de que el pasado viernes 13, fuera levantado el cerco sanitario que estableció desde junio la Secretaría de Salud Jalisco en los 15 restaurantes que se ubican en esta delegación, a causa del ecocidio.
A pesar del cerco y que 26 personas padecieron problemas de salud tras el desastre, lo cierto es que “El pescado lo traen de Teuchitlán y la laguna de Cajititlán; el marisco es el único que nos traen de la costa”, afirma quien atiende este restaurante.
“Ayúdanos a recuperar la presa. 1. Evita el ingreso a la presa; 2. NO realices actividades acuáticas, recreativas y motorizadas en la playa de la presa; 3. Clasifica la basura y coloca en los contenedores que corresponde”, se lee en las lonas apostadas en árboles y bardas circunvecinos al cuerpo de agua, elaboradas por el gobierno de Acatlán de Juárez.
Pero los visitantes comienzan a llegar paulatinamente al lugar y reactiva la economía, en una población no mayor a mil habitantes que vive del turismo y la peca.
La secuela mayor que dejó este desastre no fue en la salud de los habitantes, sino en la economía de la población, aclaró Emeterio Corona Vázquez, Presidente de Acatlán de Juárez, “Tenemos cerca de tres meses con los pescadores sin trabajo, toda la localidad vivía 100% de la pesca y el turismo”, precisó.
“Ya abrimos, ahora sólo fue la lluvia, creo yo, la que nos está espantado a la gente”, afirma la cocinera del restaurant Valencia, mientras prepara un par de tortillas y destapa los primeros refrescos dentro del sitio, mientras que a las afuera letreros de “Ya abrimos”, hechos en cartulina de colores, dan aviso de que el desastre ha pasado.
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