Vecinos de Concepción del Valle quedan expuestos a las aguas residuales durante días |
Cuando se desató la epidemia de Cólera en el
año de 1854 en Londres, el Médico inglés integrante de la Metropolitan Sewers
Comission, John Snow, documentó en uno de sus escritos, el panorama que rodeaba
una localidad infectada: “En cumplimiento de mis obligaciones oficiales […] he
visitado muchos lugares en los que los excrementos se amontonaban en torno a
casas, sótanos y patios”, estudios que fueron trascendentales para definir el
origen de la mortal enfermedad.
Dicha remembranza se puede relacionar con la
situación que presentó uno de los carriles de la Avenida Concepción, en el
tramo del ingreso a Santa Fe hasta el poblado de Concepción del Valle, mismo
que permaneció con una corriente constante de aguas negras que inició el fin de
semana anterior.
En el lugar se podía observar uno de los
registros como si fuera fuente, ya que de él brotaba constantemente el agua
acumulada por las copiosas lluvias de la pasado fin de semana; a sólo unos
metros, un segundo registro se encontraba sin tapa y lleno del agua que corría
por la avenida, significando una riesgosa trampa para los conductores que por
ahí circulan.
Por Víctor Hugo Ornelas /Ángel Barajas
El olor que emana de las aguas residuales era
sumamente desagradable para quienes circulaban por el lugar, sobre todo para
los peatones, que además de tolerar el olor, debían tener cuidado de no ser
salpicados por los automovilistas, lo que ocasionó que algunos locatarios, como
el de una tortillería, estacionaran su vehículo sobre la avenida y así evitar
que el agua que arrojaban los coches llegara a su negocio. Incluso, durante el
domingo 16 de septiembre, los comerciantes del tianguis tuvieron que recurrir a
colocar costales de arena para evitar que las aguas residuales corrieran entre
los puestos, que en su mayoría venden verdura, lácteos, pescado y carne.
Después de dos días de haberse presentado el
problema, la cantidad de agua sobre la calle no parecía reducirse y comenzaban
a generarse encharcamientos en algunas calles de Concepción del Valle, lo que
incrementaba el foco de infección para los ciudadanos de esa zona.
El tema en cuanto a redes de drenaje puede
tornarse grave por los riesgos sanitarios que representan las aguas residuales,
ya que en ellas se encuentran gran cantidad de bacterias, que en otras
localidades ya han ocasionado enfermedades para sus habitantes. Tal es el caso
de la colonia La Gigantera, donde una pequeña de cinco años presentó síntomas
de tifoidea, debido a la exposición a aguas negras (Véase LA VERDAD, edición
580).
Cabe hacer mención que en México, el Estado de
Sinaloa fue objeto de una alerta de vigilancia epidemiológica, emitida por la
secretaría de salud, luego de haberse registrado un caso de cólera en una
menor, determinando que la infección pudo ser adquirida por la niña a través de
la ingestión de alimentos contaminados con aguas residuales.
En este caso de Avenida Concepción, debido al
puente de los festejos patrios, el ayuntamiento no laboró el lunes, aunque, por
la mañana de ese día, se pudo apreciar un vactor que realizaba acciones sobre
uno de los ductos de drenaje, el cual se encontraba saturado de sólidos, lo que
pudo haber ocasionado la contingencia. Conforme transcurrió la semana, el
problema logró ser resuelto, dejando como único testigo de lo sucedido a los
charcos que aún permanecen en diversas calles y varios baches.
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