Los visitantes lo ensucian. Las empresas paraestatales lo dañan con sus caminos. Los comuneros lo dividen. Los cazadores le quitan vida. El proyecto de un trazo carretero llama a las aves de carroña de las inmobiliarias. Estas son parte de la larga lista de amenazas que tiene el principal bosque del municipio de Tlajomulco de Zúñiga y uno de los pulmones de la ciudad.
“Aquí hay mucho dinero, hay comuneros que se han hecho de dinero, poco se sabe de los negocios que se juegan con estas tierras”, comenta Carlos -quien omite dar sus nombre completo por miedo a represalias- mientras recuerda los días en que los venados pasaban constantemente por estas tierras, en lo alto de “El cerro de la Bola”, la cúspide de la montaña más alta del municipio y una de las más importantes de Jalisco.
Por Aarón Estrada
PoEl Güero, uno de los acompañantes del recorrido que realizamos en la zona, mira con asombró la brecha abierta en la parte del Cerro Viejo que pertenece por decreto a la Comunidad Indígena, “Esto no estaba así, estos árboles tiene menos de 8 meses que los derivaron, ¡Se pasaron!, porque ni siquiera abrieron bien el camino, parejo hasta las antenas”, lamenta, mientras buscaba el antiguo camino para subir.
En el momento que uno asciende a Cerro Viejo, ya sea por San Miguel Cuyutlán o por el antiguo camino a Muyután, se adentra a una atmósfera que pareciera no pertenecer al municipio. Tras el paso del vehículo se cruza un correcaminos, “Son varios los que hay en la parte baja”, comentó el guía.
El ruido del motor espanta a las aves más pequeñas, las más grandes como los Zopilotes, miran a lo lejos el paso de quienes somos ajenos a esta biodiversidad. En las partes más altas, una enorme ave de alas blancas, aparece cerca del camino y se para en una rama.
Talas con olor a ecocidio
De mediados de 2011 a finales de 2012, se efectuaron 3 talas sin permiso que han devastado el Cerro Viejo, sin que hasta la fecha se finquen responsabilidades de los actores intelectuales y materiales de esos actos, que apuntan a un ecocidio.
Algunas versiones hablan que la primera tala sin autorización se efectuó en agosto de 2011, al parecer por maquinaria de Desarrollo Rural de Tlajomulco, quienes atendieron una solicitud del presidente ejidal de San Miguel Cuyutlán para que se abriera y ampliara un camino que llega hasta las antenas, el cual sirve para que las brigadas forestales y bomberos accedan de manera más rápida en caso de incendio, ya que en el 2010 se registró uno que afectó más de mil hectáreas en la parte alta de esta área natural.
Algunos ejidatarios y comuneros denunciaron estos hechos ante la Profepa el 11 de agosto de ese año, pues estaban en desacuerdo con la tala solicitada por su presidente ejidal. El tema lo retomó el regidor priista año y medio después presentando nuevas denuncias el 21 de noviembre de 2012, ante la Procuraduría General de la República (PGR) y la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa), señalando como posibles responsables a diversos funcionarios públicos.
La segunda tala efectuada en noviembre de 2012 en los terrenos correspondientes a la Comunidad Indígena de Tlajomulco, la denunciaron grupos ambientalistas sólo ante la opinión pública donde presentaron fotografías de la maquinaria que realizaba estas labores, supuestamente propiedad del municipio.
Una tercera tala, la de mayor dimensión, fue denunciada por el ayuntamiento ante la PGR el 23 de octubre del 2012, en donde señala la tala desde una parte baja hasta la cúspide de Cerro Viejo por un camino distinto a los usuales, que al parecer efectuó sin permiso la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En estas 3 talas, se vieron afectados más de 5 mil 600 árboles, en su mayoría encinos y robles, que tenían más de 20 años de edad. Pese a la dimensión de este daño, hasta la fecha no se han fincaron responsabilidades. Con estas talas se visualiza desde una distancia lejana, una línea recta que carece de encinos y robles.
Motos y visitantes lo dañan
“En Semana Santa, esto parece tianguis, sube de todo tipo de gente, aunque ya también en fines de semana, mucha gente en motocross o bicicletas andan por estos rumbos, dejan su cochinero y ni quién les diga nada”, dijo El Güero. Minutos después encontró un teléfono celular que aún conservaba carga, por lo que añadió, “Este se le cayó a alguien apenas el domingo, todavía está prendido”.
En el trayecto se observan botellas de bebidas energéticas, hidratantes, envases de yogurth y no podrían faltar cajetillas de cigarrillos, latas de atún y botellas de bebidas alcohólicas. Este lugar no se ha escapado del vandalismo y el robo, pues en las antenas que yacen en lo alto del cerro, fueron abiertas la cajas de mando y se robaron baterías, fotoceldas, cable y hasta los candados.
Fauna en riesgo
Otra de las grandes amenazas a este ecosistema, es la caza de animales salvajes que habitan en este bosque.
Aunque hace años que los lugareños no han visto la presencia de pumas o venados, agrupación ambientalistas que monitorean la actividad de la fauna de este lugar, señalan que la Sierra del Madroño que se conecta con El Bosque de la Primavera y una cordillera de bosque templado que llega hasta la costa de Jalisco, es un corredor donde pumas, linces y gatos montes habitan y recorren hasta 100 kilómetros en un día.
Felinos que están acompañados en su paso por otro tipo de mamíferos como jabalís, puerco espín, tigrillos, tuzas, topos y venados, animales que pese a la caza que se practica en este cerró desde hace décadas aún subsisten.
“Si nos sale un jabalí, la única forma de salvarnos es subirnos a un árbol, porque si no traemos armas nos puede tragar”, dijo mientras caminamos por una densa capa de hojarasca, que al pisarla diminutos chapulines brincaban en ella.
Declaratoria en la espera
Pese a estas amenazas, el gobierno municipal ha impulsado desde el 2011 que se otorgue por parte del gobierno federal la Declaratoria de Área Natural Protegida para el Cerro Viejo-Sierra de Madruño, pero no se ha podido concretar debido a la falta de voluntad por parte de los municipios de Chapala, Ixtlahuacán de los Membrillos y Jocotepec, que integran esta misma área.
En ese mismo periodo se instauró en el Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio, donde se declara como área ecológica protegida al Cerro Viejo, único candado que cuenta para evitar daño ecológico. Pero legalmente es bastante frágil.
“Debemos esperar a que ellos (los otros municipios) aprueben su parte en sus respectivos cabildos, estaremos invitándolos a que hagan su parte y generar mesa de trabajo para definir acciones de protección en conjunto para este cerro”, mencionó Ismael Del Toro Castro, presidente de Tlajomulco de Zúñiga.
Mientras eso sucede, por el momento no hay personal de alguna autoridad ecológica que cuide esta área de manera permanente.
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