Muchos negocios que se encuentran dentro del ramo del comercio informal, no ofrecen certeza sobre el origen de los artículos que ponen a la venta.
Esta situación llama la atención debido a las condiciones del municipio, pues Tlajomulco es un lugar donde el robo a casa habitación se ha convertido en uno de los delitos más recurrentes, que afecta por igual casas habitadas, que viviendas que no son ocupadas por sus propietarios.
Por Víctor Hugo Ornelas
Algunos comerciantes exhiben en sus puestos tarjas, equipo de aire acondicionado, de cómputo, electrodomésticos, herramienta, autopartes y equipo eléctrico, entre otras cosas, lo curioso es que generalmente este tipo de artículos forman parte del botín de aquellos que saquean viviendas.
Sin embargo, así como los comerciantes no pueden demostrar el origen de su mercancía, tampoco autoridades pueden dar por hecho que los artículos a la venta son robados u obtenidos de forma ilícita.
El propietario de uno de estos negocios, que labora en Chulavista y Santa Fe, generalmente cerca de los establecimientos de Liconsa, señala que su mercancía forma parte de "Cosas que la gente tira a la basura y que todavía están (en) buenas (condiciones) y a otras personas sí les servirían", negando por completo que pueda haber artículos robados entre lo que vende.
La mayoría de los tianguis del municipio cuentan con zonas destinadas a la venta de segundas y su éxito es tal, que incluso hay tianguis, como el que está ubicado en la calle Granada en Chulavista, donde todos los puestos están dedicados al comercio de artículos de segunda mano.
Hasta el momento, el ayuntamiento no cuenta con un plan específico para regular este tipo de comercios, por lo que pagan el derecho de piso y su impuesto correspondiente de la misma forma que cualquier otro negocio ambulante.
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