El servicio de recolección de basura que otorga Caabsa Eagle al Municipio, es un negocio de ganar-ganar para dicha empresa, a la cual desde hace más de tres administraciones municipales se le otorgó dicha concesión, por un servicio que en términos generales no deja satisfecho a lo más de 500 mil habitantes que hoy en día tiene Tlajomulco.
En los últimos tres años, en promedio Tlajomulco genera cerca de 300 toneladas diarias, lo que da un aproximado de 109 mil toneladas al año. El Ayuntamiento paga mensualmente de acuerdo a la cantidad de basura generada, por lo que el Gobierno Municipal eroga aproximadamente por la recolección, disposición y manejo de los residuos 50 millones 400 mil pesos anuales.
Por Aarón Estrada
Servicio que incluye fraccionamientos que no han sido recibidos por el Municipio, pero que el Ayuntamiento ordenó que se otorgue este servicio, debido a que muchos de estos desarrollos habitacionales fueron abandonados por la empresa constructora.
Además, se le otorgó de manera oficial hace un año en comodato un predio en La Cajilota, propiedad municipal, para que en él colocara su planta de traslado –es decir, un depósito donde se colocan los residuos sólidos recolectados antes de ser enviado al vertedero de Los Laurales, en El Salto-, predio que debería ser adquirido o rentado por la propia empresa, de acuerdo a como se estipula en el contrato de concesión de este servicio.
Ahí se separa material inorgánico como el plástico, Pet, llanta, hule, cartón, aluminio y hierro, por algunos pepenadores de este mini vertedero –ubicado a unos cuantos metros del canal que conduce aguas residuales a la planta de tratamiento de la laguna de Cajititlán-, un ex trabajador de esta empresa que estaba adscrito a la recolección en el municipio, afirma que por la cantidad de material que se recicla en la planta de traspaso, se genera una ganancia semanal de 100 mil pesos, directo para la empresa, o quienes tienen el control de este inmueble.
“Ahí llegan al menos dos veces al mes camiones de una empresa cementera que se lleva las llantas usadas y todo ese tipo de derivados para su reutilización en material de construcción, aunque hay quienes también llegan a comprar para hacer huaraches, pero eso es mínimo, si acaso unas tres o diez llantas por viaje”.
Estas ganancias son de alguna manera legítima, debido a que la empresa dentro de la concesión se establece que posee el destino final de los residuos sólidos. Sin embargo, otras de las ganancias irregulares son las que perciben algunos choferes o supervisores de zona, revela el ex empleado, en detrimento del servicio al Municipio, “Hay un supervisor que incluso se lleva el camión hasta su casa y en días que él no trabaja, ordena a algunos choferes que pasen a determinada empresa a recoger sus desechos, por lo que se les va el día en ese trabajo, que no corresponde hacer a Caabsa, ya que su servicio es exclusivamente para viviendas dentro del municipio; por esos jales, les dan hasta mil pesos”.
Es por estas actividades, asegura el ex empleado, por las cuales “El camión no pasa constantemente a fraccionamientos como Los Agaves, Silos y Rancho Alegre, pues ya van llenos y dejan de hacer su jale”.
Además de ello, algunos choferes deciden no pasar con la frecuencia debida en calles de las poblaciones como la Cabecera Municipal o San Agustín, porque saben que la gente no les da propina y por ello no hacen bien su trabajo, “Aunque hay compañeros honrados que se van caminando para ir por los botes de basura de los viejitos que no dan propina, porque pues no tienen lana”.
En cambio en colonias como El Palomar, Casa Fuerte, Villa California, Bonanza, Banús, entre otros, ingresan hasta cuatro veces por semana, por la cantidad de propinas que reciben.
Al respecto, el ex empleado cuenta una anécdota que le sucedió a uno de sus compañeros, “Como sabía que en uno de estos fraccionamiento vive Del Toro, pasaban diario y el Presidente les dijo, no porque yo viva aquí pasen todos los días, hagan su servicio como es y nada más”.
En promedio un empleado de los cerca de 120 que Caabsa Eagle tiene asignado para recolectar la basura en Tlajomulco, gana mil 500 pesos a la quincena y entre 600 a 800 pesos por propinas diarias por camión recolector, donde van una flotilla de tres personas, “Las propinas se reparten al final del día, aunque muchas veces hay batos gandayas, que todavía no terminamos y agarran de ahí para comprarse su botella o las chelas”, reveló.
Tlajomulco de Zúñiga, desde finales de 2003, en la administración del priista Guillermo Sánchez Magaña, por aprobación del Pleno del Ayuntamiento de ese entonces, decidió poner en manos de la inversión privada este servicio público, por lo cual le otorgó la concesión a la empresa GEN-PASA. Pero este contrato se vino abajo una vez que ingresó el panista Andrés Zermeño a la Presidencia Municipal, quien de igual forma tras una licitación otorgó dicha concesión a Caabsa Eagle.
Con el ingreso de Enrique Alfaro Ramírez a la Alcaldía, la concesión entró en un proceso de revisión y se volvió a firmar con la misma empresa un contrato por un periodo de 20 años.
A pesar de estos cambios, es notorio que las quejas por el mal servicio que presta esta empresa en la población han disminuido en los últimos tres años, a la par que se han incrementado el pago y los beneficios que el Municipio ha otorgado a esta empresa, que no deja de ganar por lo que los ciudadanos llamamos basura.
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