Coladeras destapadas, desniveles, falta de banquetas, machuelos mal hechos y troncos entre otras cosas, son los obstáculos que deben sortear los habitantes de la Cabecera Municipal de Tlajomulco de Zúñiga al caminar por las calles del pueblo.
Lo menos grave que puede ocurrir es un tropezón que haga ver mal al transeúnte y quizá lo avergüence un poco, pero en un peor escenario el tropezón se convierte en caída y las personas tocan suelo con todo y el niño, el mandado o lo que carguen en los brazos.
Las calles recientemente rehabilitadas en 2010 no se excluyen del riesgo para el peatón, pues aunque son más amplias y su superficie es uniforme, el robo de coladeras, los puestos, mesas, sillas y otros obstáculos complican la circulación.
Por Víctor Hugo Ornelas
Y qué decir de aquellas calles que no han sido intervenidas, “Las que traemos carriola tenemos que caminar por abajo de la banqueta, ahí por la calle toreando carros”, señaló la señora Maricela, y es que algunas de las aceras son demasiado estrechos y con trabajos permiten el paso de una persona.
Y fue justo en el recorrido de las calles de la Cabecera cuando nuestro lente pudo captar el momento en que una mujer de aproximadamente 40 años de edad cayó al tropezarse con un bordo en la banqueta.
La señora se levantó molesta y apenada, pero su coraje le hizo olvidar la pena y entonces recriminó, “Me gustaría que las mamás de los que deben cuidar las calles tuvieran que pasar por aquí todos los días, a ver así no las tienen bien”, señaló.
Un comerciante que fue testigo de esta situación, indicó que es habitual ver que la gente tropieza debido a lo maltratado que se encuentran las baquetas.
Esa es la historia que viven a diario personas que caminan por la cabecera, llámese entre ellos, hombres, mujeres y niños, motivo que debería resultar suficiente para que las autoridades correspondientes intervinieran y buscaran cómo mejorar las condiciones para el peatón.
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