Mientras el sol está en el cielo, las actividades pueden parecernos habituales, los comercios abren al público y los niños invaden los caminos que conducen hacia las escuelas, los camiones circulan llenos, los mototaxis van y vienen y las madres buscan los ingredientes para la comida, sin embargo, al caer la noche la zona valle de Tlajomulco de Zúñiga se transforma, múltiples bares invitan al consumo del alcohol y la vida nocturna.
Viernes y sábado por la noche son los más activos, la ola de violencia ocurrida a finales de 2012 que dejó como consecuencia asaltos, agresiones y la muerte de dos policías, originó que el Gobierno prohibiera la expedición de licencias para giros restringidos y la emisión de permisos para horas extras a los que ya operaban.
Por Víctor Hugo Ornelas
Pero a muchos parece no importarles esto, pues varios bares se mantienen operando hasta altas horas de la madrugada y algunos comercios, entre ellos tiendas de conveniencia, venden bebidas embriagantes sin límite alguno.
La norma municipal indica “Los horarios de venta de alcohol en supermercados, tiendas de abarrotes, depósitos y misceláneas se homologarán hasta las 23 horas”, además, los bares podrán operar sólo hasta la una de la mañana.
Sin embargo, basta dar un recorrido por Avenida Concepción, Chulavista y Santa Fe, para darse cuenta que varios establecimientos incumplen con el reglamento que regular la venta y consumo de bebidas alcohólicas de Tlajomulco.
Sobre Avenida Concepción, frente al fraccionamiento El Paraíso, el estacionamiento de un conjunto de locales comerciales sirve como punto de reunión de un grupo de jóvenes que aparentan ser en su mayoría menores de edad.
Los asistentes consumen alcohol hasta después de las dos de la mañana sin que nadie los moleste, ahí se reúnen los sábados provenientes de Santa Fe, Villas de la Hacienda, Valle Dorado y otros fraccionamientos.
En contraste, a unos metros, un bar que se encuentra en la parte alta de un negocio de solventes detiene sus operaciones al pasar la una de la mañana, pero solo deben cruzar la calle para poder seguir con el consumo, pues la tienda Extra vende de manera discrecional alcohol, a puerta cerrada y sin expedir recibo de la compra.
Una tienda de la misma cadena comercial, pero ubicada en los cruces de Boulevard Chulavista y Distrito Federal es la más concurrida en toda la zona, automóviles, mototaxis y peatones llegan y se van, pues ahí se puede adquirir cerveza aún después de las tres de la mañana.
Para evitar ser sancionados, los trabajadores de la tienda llevan un registro manual de la cantidad de bebidas que venden y las marcan hasta el día siguiente en sus cajas registradoras, de esa manera engañan al sistema de la tienda, que no permite la venta de algunos artículos en ciertos horarios y de paso evaden a las autoridades.
Los bares también encontraron la manera de seguir operando sin que alguien los descubra, una vez que llega la una de la madrugada, estos cierran sus cortinas pero dentro siguen atendiendo, venden bebidas y complacen al cliente hasta horarios que superan las tres de la mañana, algunos son más cínicos y operan sin precaución alguna.
De acuerdo a vecinos, en estos lugares no es solo alcohol lo que se vende, “Fomentan la prostitución, todos aquí (en Santa Fe) lo saben, los que no saben o no quieren darse cuenta son los del Ayuntamiento que no hacen nada al respecto”, señaló uno de nuestros entrevistados.
Aunque cabe hacer mención que en los lugares que permanecían abiertos no se encontró indicio alguno de sexo servidoras o servicio erótico como mujeres de compañía o las llamadas ficheras.
Pero los vecinos no están tan errados, pues en diversos puntos de Santa Fe hay presencia de mujeres y travestis que ofrecen servicios sexuales.
A diferencia de otras partes en el Estado, las sexoservidoras que operan en esta zona valle dicen hacerlo por cuenta propia y descartan que alguien se encargue de su coordinación, manejo y administración, situación que se establece como delito en la nueva ley de trata de personas.
Con cuotas que van de los 100 a 300 pesos, mujeres y hombres vestidos de mujeres ofrecen diversos servicios sexuales que pueden ir desde caricias a sexo oral o relación sexual que ellas llaman “completa”.
A pesar de ser una zona relacionada con el robo y otros delitos, estas mujeres y hombres aseguran no tener problema al estar solas en la calle a altas horas de la noche “Nunca me ha pasado nada, bueno a nosotras no nos hacen nada, la verdad los policías sí nos cuidan, pasan y nos preguntan si todo bien y más o menos pasan seguido, antes no, pero ahora sí”, mencionó una joven de aproximadamente 20 años de edad que se nombra a sí misma como Yolanda.
Las mujeres que dan servicio sexual en la zona valle, son menores en número con respecto a los hombres que se visten de mujer para realizar el mismo oficio.
Al ingreso de Tlajomulco, aún en territorio de Tlaquepaque, hay un numeroso grupo de ellos, o ellas como prefieren que se les refiera, otras se encuentran en varios puntos de Avenida Concepción y Santa Fe, “Pues así como de tener plaza y eso pues no, más bien si queremos tomar o convivir con alguien”, mencionó un joven que por las noches viste de mujer y que asegura no hacerlo como negocio, aunque “No es precisamente negocio, pero ya como dicen, a nadie le cae mal un dinerito extra”.
Nuestros entrevistados mencionaron tener entre dos y cuatro clientes por noche, cinco si es quincena o muy buena jornada, además, señalaron que debido a la falta de moteles u hoteles de paso, han optado por rentar una casa en Santa Fe y esa utilizarla para llevar a los clientes que piden el servicio completo, lo demás, pueden hacerlo dentro del automóvil.
Durante los fines de semana, la noche en la zona valle se encuentra plagada de actividades de todo tipo, prostitución, venta de alcohol, bares operando fuera de horario y mototaxis que pueden verse circulando a las tres o cuatro de la mañana, han convertido a esta parte del municipio en una de las más impunes, pues aunque se anuncian operativos y normas restrictivas, lo cierto es que las actividades fuera de la ley, siguen ocurriendo.
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