Lo que era un pleito entre pepenadores, evidenció la operación irregular de la planta de transferencia de basura conocida como “La Cajilota”, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, pues la misma funciona como vertedero.
El problema comenzó el julio, cuando un grupo de 43 pepenadores interpusieron una demanda contra la empresa Caabsa a la que exigen prestaciones y reconocimiento laboral por la tarea de separación de basura, pues señalan que el reciclaje es un negocio que controla esta compañía. Incluso mostraron recibos de pago con los sellos de la empresa como prueba de la relación laboral entre ambos.
Por Víctor Hugo Ornelas
Lo anterior dividió a los más de 200 pepenadores en dos grupos que han protagonizado conflictos que han llegado a los golpes y amenazas de muerte, según lo señalan un grupo de separadores de material reciclable que operan dentro de esta supuesta planta de transferencia “No podemos ni entrar a nuestras casas porque hay agresiones, el sábado hubo balazos y queremos que nos garanticen nuestra seguridad”, mencionó Enedina Hidalgo.
Sin embargo, la exigencia de estos pepenadores resultó “contraproducente” según lo indican, pues la respuesta del Gobierno Municipal fue determinante al señalar que ellos no deberían estar trabajando en este lugar, ya que se tiene considerado como una planta de transferencia, es decir, un espacio en el que los camiones recolectores pudieran depositar la basura del día en unidades para transportarla a los vertederos de la ciudad, no obstante, la realidad es que “La Cajilota” está convertido en un vertedero irregular, donde hay montones de basura a la espera de la separación, según lo aceptó el propio Gobierno Municipal.
Por lo anterior, el municipio retuvo la expedición del pago correspondiente del mes corriente y ordenó a la empresa que retire la basura que se encuentra en la planta de transferencia, además analiza llevar a cabo una sanción por infringir el contrato de prestación de servicios que tiene Caabsa con el municipio en lo que se refiere a la planta de transferencia.
Por otro lado, los pepenadores salieron en descontento de las instalaciones del CAT y aunque consiguieron la promesa de que el fraccionamiento Valle de los Emperadores, donde ocupan 140 viviendas, tendrá vigilancia permanente para evitar las agresiones físicas entre ellos, señalaron que se quedarán sin trabajo una vez que La Cajilota deje de funcionar como vertedero.
“No es justo, porque ese problema no es nuevo, es culpa de ellos (Gobierno Municipal) todo esto porque no estuvieron al pendiente de lo que pasaba ahí adentro (en la planta de transferencia) y ahora que ven el problema en grande se quieren lavar las manos”, mencionó otra de las manifestantes, quien aseguró que solamente esperan indicaciones de sus compañeros de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) para decidir qué postura tomar ante la respuesta municipal. Mientras tanto, prepararon todo para quedarse a acampar en la parte trasera del Centro Administrativo Tlajomulco en donde pasan la noche desde el pasado martes.
La medida tomada para presionar a Caabsa para retirar los residuos surtió efecto y el mismo martes 22 fueron retirados todos los desechos vertidos en la Cajilota, lo que ocasionó que para el día siguiente ninguno de los dos grupos de pepenadores tuviera trabajo, por lo que se incrementó el número de manifestantes que permanecen en plantón en las instalaciones del CAT, quienes horas después se retiraron del lugar.
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