lunes, 21 de febrero de 2011

Un año perdido ¿y qué sigue?

Por Víctor Hugo Ornelas


A casi un año de haber sido habilitada, la planta de tratamiento de San Miguel trabaja a la mitad de su capacidad, ya que enfrenta algunos problemas y deja al aire muchas dudas, sin embargo, su existencia le da a Tlajomulco grandes beneficios y podría generarle más.

Las aguas negras de San Miguel Cuyutlán y de San Lucas Evangelista, son las que recibe esta planta tratadora, con capacidad para 160 litros por segundo, en posteriores fechas las descargas que proceden de cabecera municipal harán que esta planta funcione al cien por ciento de su capacidad.

Esta planta es la encargada de tratar las aguas y enviarlas a la laguna de Cajititlán completamente limpias, aunque enfrenta algunas dificultades, porque su operación requiere, prácticamente, sólo de energía eléctrica y algunos insumos para su limpieza. A pesar de ello su mantenimiento se vino abajo durante el 2010, debido a que la empresa contratada para operarla no dio los resultados esperados.

Para este 2011 las cosas han mejorado, los diferentes sectores de la planta funcionan y en un recorrido por sus instalaciones pudimos ver los resultados del proceso.

“Cuando recibimos la planta había varias cosas que no funcionaban”
Nos dijo Lucio Roblero actual encargado de su funcionamiento.

Por otro lado, para que esta planta trabaje en óptimas condiciones también requiere un especial mantenimiento, mismo que no se le había dado de manera adecuada. Durante esta semana, tras una gestión con la empresa que fabricó la tratadora de aguas, se logró el servicio sin costo para el municipio.

“Tenemos garantía de las partes de la planta, afortunadamente ahorita la empresa se está haciendo responsable y la planta está recibiendo mantenimiento”

Una Gama de oportunidades

El desarrollo sustentable del municipio en el tema de agua, puede verse favorecido en caso de que las aguas tratadas por esta planta se aprovechen de manera adecuada. Sin lugar a dudas, la laguna será la primera beneficiada, pero existe una gama de opciones para las cuales se puede aprovechar el agua tratada.

Luego del tratamiento que se realiza para eliminar todos los elementos contaminantes del agua se vuelve nuevamente útil, aunque no para consumo humano, lo que permite volver a disponer de este importante y limitado recurso, así como para aprovechar los elementos que aún mantiene disueltos como los nutrientes, como ejemplo de una de las aplicaciones, se podría utilizar como agua de riego.

En cuanto al uso industrial, se puede aprovechar usar para cortadoras de alta presión a base de agua, las cuales funcionan mejor con agua tratada, debido a su pesadez.
El uso más importante y significativo, sería sustituir el agua potable por agua tratada en la mayor cantidad de actividades en las que sea posible, con ello se disminuiría el consumo agua potabilizada y se podría asegurar el abastecimiento a los habitantes.

Un riesgo que puede salir caro

Uno de los procesos de la planta de tratamiento se basa en someter las aguas a bacterias, las cuales son microorganismos que se encargan de eliminar la materia orgánica y las sustancias nocivas, pero existen diversos tipos de bacterias. En el caso de Tlajomulco, la utilizada es de las más comunes, puesto que la planta tratadora de aguas residuales no recibe descargas de ninguna fábrica o industria, por lo que no se requiere incluir otro tipo de bacteria.

A pesar de esto, el personal que labora en la planta ha enfrentado algunas contingencias por el tipo de residuos que son arrojados al drenaje, como diferentes tipos de residuos orgánicos que no deberían llegar a ella, al respecto Lucio explicó:

“Hace poco recibimos una descarga de sangre y últimamente sueros y residuos lácteos, eso nos puede matar la bacteria que tenemos en la cisterna, se necesita encontrar el origen de esas descargas”

Esos desechos, al igual que los químicos y combustibles, no deben de ser arrojados al drenaje común, pero aún señalando la descarga y con conocimiento de las poblaciones de donde provienen, las autoridades municipales no han logrado encontrar a los responsables de este tipo de acciones.

En conclusión, el contar con una planta de tratamiento como de San Miguel Cuyutlán, es una las cosas que puede presumir este municipio, esa inversión de millones de pesos significa también una responsabilidad muy grande, pero el no explotar las opciones que eso significa, se convertiría en un fracaso y se estaría dejando escapar una opción que significa un gran avance para Tlajomulco.

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