Poca es la
información que existe de ello, pero en 1996, Tlajomulco se ganó el galardón al
Municipio más limpio del Estado de Jalisco.
17 años nos
separan de aquel suceso, 17 años y una realidad completamente distinta, hoy
habitan cerca de 400 mil personas más, las zonas urbanas han crecido y limpieza
no es una palabra que se pueda utilizar para describir a la Cabecera Municipal.
En aquel entonces,
Tlajomulco fue ejemplo en el Estado, sus calles estaban limpias, gracias al
mantenimiento de las autoridades y el cuidado que imprimió la ciudadanía, por
lo que le fue reconocido con una placa que se colocó dentro del edificio de la
antigua presidencia municipal.
Arroyos con agua
clara, calles libres de basura y un agradable aspecto visual, fueron parte de
los atributos que encontraron en el Tlajomulco para dictaminarlo como el más
limpio en el Estado.
La plaza de la
Cabecera Municipal es una de las más maltratadas y sucias en todo Tlajomulco,
sus fuentes lucen con basura que flota en agua
color verdoso y en rara ocasión se encuentran funcionando.
Algunos de los
rincones de la plaza son utilizados por comerciantes y ciudadanos para
depositar desde algún envase, hasta grandes bultos de basura, manchas sobre el
piso, mal olor, residuos de comida y hasta perros muertos, se pueden encontrar
a un costado de los cestos destinados al almacenamiento de basura.
Pero la plaza no
es el único punto de la Cabecera que se encuentra en estas condiciones, las
calles sufren los estragos de que los ciudadanos hayan perdido la costumbre de
limpiarlas o conservarlas en buen estado.
“Salgo a barrer todas las noches, se me hace que soy
la única de la cuadra que lo hace y de todas formas la gente no respeta, me
tardo más en recoger que alguien en tirar algo”,
señaló una vecina de la calle Vallarta.
Además de la
basura, algunos vecinos que acostumbran hacer limpieza en las banquetas, deben
lidiar con los residuos fecales que dejan los perros, tanto callejeros como
aquellos que tienen dueño.
Las coladeras
cuya tapa ha sido robada y hasta el momento sigue sin ser repuesta, son
utilizadas como botes de basura por los ciudadanos, alguno de ellos como medida
para evitar caer en estas alcantarillas, otros, simplemente por falta de
civilidad.
2013 se
encuentra muy lejos de aquel 1996 en el que Tlajomulco fue premiado por su
limpieza, una labor que corresponde a ciudadanos y gobierno en conjunto, y en
la cual, ambos han fallado en los últimos años.
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