Los bancos de
materiales clandestinos siguen operando en el Municipio y sus explotadores
buscan nuevas maneras para no ser detectados por las autoridades, que por su
parte, prometer regularizar a los implicados en el tema.
Cuexcomatitlán,
Buenavista, El Tecolote, La Teja, San Agustín y la Cabecera Municipal, son las
localidades en las que mayor actividad de explotación de tierras se detecta, en
muchas ocasiones, actividad que se realiza de manera ilícita, pues operan sin
permiso municipal.
En el mes de
febrero, la Dirección de Ecología llevó a cabo la clausura de seis bancos de
material, sin embargo, durante el mes de marzo y lo que ha corrido de abril, se
ha detectado una modificación en los horarios de operación de los bancos.
Algunos de
estos, han comenzado a ser explotados durante la madrugada a fin de evitar a
los inspectores, que al no ver actividad pueden dar por supuesto que el banco
fue abandonado y no se lleva a cabo la clausura.
Para obtener
permiso de explotación de tierra, el interesado debe cumplir con una serie de
requisitos, entre ellos, un permiso municipal, un estudio de impacto ambiental
y permiso de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Social (SEMADES).
También deben
presentar un proyecto de restauración y dejar un depósito a cuenta, como
garantía, para que en caso de abandono, el Ayuntamiento pueda tener un fondo
que le permita intervenir y restaurar el banco de material.
Quienes operan
irregularmente se hacen acreedores a sanciones que incluyen una multa, la
clausura del banco y según lo amerite el caso, incluso pena de cárcel, además
de que corren el riesgo de no poder realizar explotaciones subsecuentes en el
municipio, “Aun si pagan la multa, pero no cumplen los requisitos nosotros no
estamos obligados a dar el permiso”, explicó José Ángel García, titular de Ecología
en Tlajomulco.
Dentro de las
complicaciones que se presentar para fiscalizarlos, es en primer término su
localización, así como la serie de acciones que toman sus explotadores para
engañar a las autoridades, ya que en ocasiones los inspectores deben lidiar con
supuestos “influyentes” o
funcionarios públicos. Incluso, en recientes días, fue clausurado un banco de
material cuyo terreno pertenece a un regidor.
Al momento de tramitar
el permiso, el Ayuntamiento debe corroborar el historial de la persona que
pretende llevar a cabo alguna explotación de material, y en caso de tener
antecedentes de abandono o no restauración de bancos anteriores, el permiso
correspondiente no se le expedirá hasta que regularice el status de sus
anteriores bancos.
La afectación
ocasionada por la explotación de material puede tener efectos irreversibles
para el medio ambiente, ya que de ser sobre explotado, el terreno corre riesgo
de que la restauración no se pueda llevar a cabo, tal como ha ocurrido con
predios en Buenavista, San Agustín y la propia Cabecera Municipal, donde se
aprecian boquetes de hasta doce metros de profundidad, cuando lo máximo
permitido para excavación son cinco metros.
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