Tradición muy nuestra: Día de muertos (Parte 2)

Escuela secundaria Francisco Medina Ascencio

La escuela secundaria que colinda con el panteón de la cabecera municipal, no podía dejar de celebrar el día de los muertos. En la biblioteca del plantel, en un ambiente lúgubre, con iluminación de las velas, frente a un altar realizado con la colaboración de varios alumnos, maestros y padres de familia, un grupo de danza prehispánica, rindió homenaje como se hacía en tiempos previos a la conquista.

El sonido de un caracol invocaba a vivos y muertos a reunirse para la celebración, el lugar había sido purificado con el aroma de copal e incienso que impregnaba el recinto. Los tambores hacían retumbar los vidrios que habían sido tapados para evitar la luz del exterior, mientras los danzantes rendían su homenaje.

Por Víctor Hugo Ornelas / Mario G. León

El altar contenía todos los elementos  que mandan las tradiciones: en el primer nivel una cruz de sal para purificar el lugar, una cruz de ceniza para expiar las culpas, copal para evitar que las cosas malas se le vuelvan a pegar al espíritu, aguamanil, jabón, toalla y un espejo para que se refresque, además agua para tomar y cuatro velas indicando los puntos cardinales, que ayudarían al muerto a encontrar el rumbo en su trayecto.

En el segundo nivel se encuentran todas aquellas cosas para que pueda gozar, ahí se colocan diversos alimentos: pan, fruta, guisados, y alguna botella del licor preferido del difunto.

En el tercer nivel, que es el espiritual, encontramos tres calaveras. Todo adornado con papel picado, que se puede apreciar tanto en el altar como en la decoración del lugar. Encontramos también en este ritual, los cuatro elementos naturales, agua, fuego, tierra y aire. El papel picado es lo que ayuda a encontrarse con el aire, por eso se coloca de diferentes colores, como rosa de la alegría y morado de luto, el blanco es usado en lugar del morado cuando el difunto era un niño. No pueden faltar las flores de típicas de cempasúchil que caracterizan el día de muertos y a cada lado del altar, una catrina.ía de muertos

Se unen al festejo

El colegio Muralistas celebró la noche del 2 de Noviembre

Las maestras y alumnos dejaron los lápices, cuadernos y borrador para enfundarse en trajes de catrina, la escuela lucía a oscuras y el camino lo marcaba un par de líneas paralelas formadas por velas y flores.

El centro educativo Muralistas Mexicanos se transformó en escenario del dos de noviembre para conmemorar el día de muertos, con el objetivo de transmitir a sus alumnos la tradición y deleitar a los padres e invitados con una serie de presentaciones alusivas a la fecha.

Al fondo de la escuela, bajo el marco de dos gigantescas calaveras y acompañada del lago artificial de la institución, Sveltana Iechenko, soprano rusa, hizo su presentación cautivando e impactando a los presentes con su voz.

Los alumnos, pequeños y grandes se pusieron a la altura del evento, con bailes, interpretaciones de canciones y actuaciones, deleitaron a sus papás, maestros y demás asistentes.

Es así como esta escuela involucra a los estudiantes, principalmente, para preservar las tradiciones de nuestro país, como el día de muertos, conmemoración con tintes de fiesta, que sólo en México se realiza, ya que si algo caracteriza a los mexicanos es la capacidad de bromear y celebrar, incluso, la muerte.