lunes, 21 de noviembre de 2011

Ya son 291 fraccionamientos en Tlajomulco


Nadie supervisa el cumplimiento de las inmobiliarias con sus clientes
y las normas de servicios en el municipio


Dar atención a casi 300 fraccionamientos en el Municipio se ha convertido en una tarea titánica para el gobierno municipal, que cada día paga una factura más cara por los errores del pasado.

Las condiciones de muchos fraccionamientos son poco o nada favorables para sus habitantes, quienes al solicitar el cumplimiento de lo prometido a la constructora o al ayuntamiento se topan con una maraña de trámites que les impide lograrlo, quedando prácticamente indefensos, por lo que en muchas ocasiones terminan por sentirse defraudados.

De los que existen actualmente en el Municipio, ya terminados, son pocos los que se pueden jactar de contar con calles pavimentadas, redes suficientes de drenaje, de agua potable, servicio de transporte público eficiente, alumbrado, seguridad y servicios médicos, entre otros.
La falta de transporte público obliga a las personas a caminar largas distancias o pagar un servicio particular, como los abusivos mototaxis o algún otro que los traslade a la parada de autobús o a su domicilio, lo que significa una merma en su economía.

Víctor Hugo Ornelas/Jorge López

El alumbrado y la seguridad van casi de la mano; la ausencia del primero permite que los malvivientes aprovechen para cometer sus fechorías, cobijándose en la oscuridad.

Los fraccionamientos se pueden establecer bajo un régimen condominal o vecinal, el primero de ellos se refiere a conjuntos habitacionales donde sus colonos se hacen cargo de sus propios servicios, pago de alumbrado, mantenimiento, recolección de basura, etc., en tanto que los fraccionamientos de régimen vecinal, cuentan con el apoyo del ayuntamiento para la prestación de servicios, y como limitante, no pueden privatizar sus cotos, clúster o etapas.

Cabe señalar que en el caso de los de régimen condominal, muchas de las veces la negligencia, apatía, irresponsabilidad o indiferencia de los residentes, dan como resultado que sus fraccionamientos presenten pésimas condiciones.

De los males... los peores

Mucho se habla de las condiciones de Chulavista y Santa Fe, incluso a estos dos conjuntos habitacionales les han creado tal fama que supera la realidad, y es que, ubicado en el corredor de la carretera a Chapala, cerca del kilómetro 21, se encuentra el fraccionamiento Los Silos, con deficiencias en el servicio de agua potable, carencias en el alumbrado público, calles realmente inutilizables por los baches, así como una cantidad sorprendente de casas abandonadas, que bien podría ser uno de los lugares que mayor problemática presenta en cuanto a su estado se refiere.

El ingreso parece pertenecer a algún pueblo fantasma, todas las viviendas de la primera sección se encuentran deshabitadas, la mayoría de ellas ya fueron allanadas y saqueadas, muchas carecen de puertas, protecciones, instalación eléctrica y ventanas; aunado a esto, los restos de una construcción que parece un monumento al desastre contribuye con la pésima impresión que genera el conjunto habitacional.

A varios kilómetros de ahí, en la localidad de San Sebastián se encuentra el fraccionamiento Balcones de San Sebastián, el cual se puede apreciar a simple vista que se construyó con una pésima planeación urbana, donde los niños deben de trasladarse a Santa Anita para ir a la escuela, porque en este fraccionamiento no hay, además los que ahí viven, tienen que conformarse con recibir el servicio de agua sólo dos horas al día  comentaron.

Al igual que en los antes señalados, en otros complejos habitacionales, la historia se repite, viviendas semidestruidas por vándalos que por las noches acuden a robarse la cancelería, el cobre del cableado eléctrico, puertas, sanitarios, lavabos y todo lo que les pueda redituar una pequeña ganancia. Pero no sólo las desvalijan, también las usan para el consumo y venta de enervantes, las habilitan como hoteles de paso y dormitorios de indigentes, además como bodegas para guardar productos de robo como autopartes y otros enseres domésticos.

Constructoras venden ilusiones


Muchos de los habitantes de los nuevos fraccionamientos, aseguran que fueron objeto de un engaño, porque la constructora que les vendió la casa que ahora habitan, les ofreció el cielo, la luna y las estrellas, vendiéndoles “una vivienda digna, barata y con todos los servicios”, pero resulta que para muchos el sueño se convirtió en pesadilla, y una muy cara, puesto que las viviendas no se adquieren por debajo de los 220 mil pesos.

Obviamente, las protestas no se hacen esperar, pero casi nunca prosperan, las condiciones de los fraccionamientos empeoran con el transcurso del tiempo, mientras las inmobiliarias se desentienden totalmente de cualquier relación con el que fue su cliente, y lo que es peor, tardan demasiado tiempo en hacer el proceso de entrega – recepción con el ayuntamiento, pero a la vez, no se hacen cargo del mantenimiento mientras se deterioran.

Con todo lo anterior, parece que la calidad de vida es algo a lo que ya pocos pueden acceder, las fraccionadoras seguirán preocupándose por vender sus casas a costa de los ciudadanos que buscan tener un hogar, mientras que los gobiernos pueden ir y venir, y si ninguno pone un alto a la construcción de viviendas o marca un camino a seguir en torno al tema, el problema seguirá prevaleciendo.

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