Con poco menos de 3 años de existencia, el fraccionamiento Lomas del Mirador, en la zona valle de Tlajomulco de Zúñiga, es percibido por sus habitantes como uno de los puntos más fuertes de pandillerismo al caer el anochecer.
Avenidas, calles y paredes de los edificios y de algunas fincas habitadas o deshabitadas están plasmadas de grafiti, que comúnmente son conocidas entre pandilleros como “placas”, que la mayoría de veces indican su apodo o el nombre de la pandilla a la que pertenecen y estas son utilizadas para “marcar territorio”, cuyo propósito es delimitar determinada zona del fraccionamiento para evitar que otra pandilla invada su espacio.
Por Noemí Figuoroa
Colonos de este fraccionamiento señalan que son continuos los enfrentamientos entre pandillas, situación que ha acabado con la tranquilidad de los cientos de familias, “En una ocasión andaban mis hijos jugando en la calle como a eso de las 7 de la noche, cuando de pronto vi que venía una bola de muchachitos corriendo con palos y tubos en las manos y para pronto los jale (sic) y me encerré en mi casa, llame una patrulla pero llegaron cuando todo ya había pasado solo quebraron los vidrios de una casa abandonada, pero me asusté mucho porque no sabes cómo vayan a reaccionar y qué problemas traigan”, declaró una comerciante de la etapa 1.
Entre los jóvenes de Lomas del Mirador, se difunde un video en el cual se aprecia un enfrentamiento entre pandillas llevado a cabo en pleno día en una de las avenidas principales del fraccionamiento, en donde decenas de jóvenes con diferentes objetos en mano, cierran el paso de la vialidad y exigen a los automovilistas de una manera poco grata que se retiren del lugar, “Eso sucedió a principios de este año y créeme que nadie se metió a poner orden, al ver lo que estaba sucediendo varios vecinos hicimos el reporte a seguridad pública y alcancé a ver como la única patrulla que llegó al ver lo que estaba pasando mejor se retiró (…), este video llegó a mis manos por los mismos pandilleros, pero a mi punto de vista definitivamente esta situación ya se le salió de control a las autoridades”, expresó un representante de colonos quien solicitó fuera omitido su nombre.
En algunos casos son por lo menos 15 jóvenes los que conforman una pandilla, en otros casos son conformadas por 80 o más, quienes en ocasiones terminar por apoderarse de fincas abandonadas que terminan totalmente destruidas en su interior, y además eligen como punto de reunión las áreas verdes de algunas etapas acabando con la tranquilidad de los residentes, quienes esperan una solución ante esta problemática que se apodera de su fraccionamiento.
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