La laguna de Cajititlán, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, necesita una veda para que se pueda resolver la escasez de pesca que sufren los pescadores de las cuatro uniones, pues con “Paternalismo innecesario no se llegará a nada”, advierte José Guadalupe Michel Parra, investigador de la Universidad de Guadalajara, quien ha estudiado esta cuenca.
El apoyo económico que se gestiona para los pescadores de Cajititlán es sólo un acto de “Paternalismo para los productores”, asegura el investigador y añade “Los productores no necesitan que les den limosnas, necesitan que los eduques hacer buenas prácticas, porque eso les va a generar más dinero que esos apoyos”, pero en este caso se ha “Generado mucha voracidad, si traigo un peso queremos traer otro más”.
Por Aarón Estrada
Todo vaso lacustre que tiene pesca fructífera debe tener sus vedas, precisa Michel Parra, las cuales se deben dar de marzo a julio, época del año donde las especies de agua dulce se reproducen, porque pescar en esta temporada generaría “Que llegas con la red, te llevas hembras que iban a producir cuatro mil huevecillos y ya no los produce, por lo que se rompe la cadena de producción y escasea el pescado”.
El investigador, que por más de 30 años ha estudiado la sub cuencas del sistema Lerma-Chapala- Santiago, reconoce que la siembra de millones de crías cada año a la laguna, tampoco resuelve esta problemática, ya que “Sólo se ha sembrado pez para engorda, que produzca rápido y lo que se necesita es sembrar peces que contribuyan a la reproducción de más especies en el vaso lacustre, para mantener la cadena productiva”, lo que daría una buena práctica de aprovechamiento y sustentabilidad de la laguna de Cajititlán.
Otros de los problemas graves que enfrentará la laguna a un corto plazo, se dará por los incendios forestales generados en la reciente temporada de estaje, lo cual repercutirá en el azolve del campo de agua de esta cuenca y elevará el nivel de evaporación con altas temperaturas, advierte Michel Parra, “Con las fuertes precipitaciones todo ese material bajará, cerca de 600 mil toneladas de azolve podrían llegar a la laguna, lo que haría una capa más delgada de agua y con época de calor terminará por secar la laguna, sino no se atiende a tiempo para prevenir la llegada de este material”, adelantó.
Algo similar que le sucedió a la laguna de Sayula, cuenca que permanece seca la mayor parte del año, ejemplifica Michel Parra.
En 2010 Michel Parra hizo del conocimiento al Gobierno de Tlajomulco, una de sus más reciente investigaciones respecto a la calidad del agua, fauna, aprovechamiento y sustentabilidad de la laguna de Cajititlán, sin embargo, asegura que “Cuando platicamos con Enrique Alfaro, como que no nos entendimos y no se pusieron en práctica algunas de nuestras recomendaciones”.
Reconoce que se han hecho bastante acciones para el mejoramiento de esta cuenca, como es el caso de la instalación de las plantas de tratamiento y la construcción de infraestructura para atraer el turismo, como es el caso del malecón de Cajititlán, pues “La inversión de recursos genera más recursos y eso promueve que los usuarios se intereses en generar buenas prácticas sustentable para garantizar el flujo de más dinero con turismo y servicios”.
Medidas y proyectos que siguen de cerca a través de estudios de campo que ha realizado en diversas localidades de la laguna, el más reciente ha sido en 2011 y un constante monitoreo que hace a esta cuenca.
Por lo que menciona que aún falta un gran trabajo pendiente para que “Los usuarios de estas cuencas modifiquen sus prácticas y adopten nuevas medidas disciplinarias en el aprovechamiento de su vaso lacustre, y que sea la autoridad quien les pregunte a ellos y no al revés”, de lo contrario “Toda acción que se haga no resolverá de fondo los problemas que aún padece la laguna”.
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