sábado, 7 de julio de 2012

Gran evento democrático




Una fiesta cívica se vivió el pasado domingo primero de julio a lo largo y ancho del Municipio, con la participación mayoritaria de habitantes de Tlajomulco que acudieron a las urnas a cumplir con una obligación ciudadana y elegir a quién consideraron como la mejor opción para gobernar.

Desde temprana hora se observaron largas filas en las casillas de votación distribuidas a lo largo y ancho del Municipio, donde con orden, tranquilidad y paciencia, miles de habitantes, la mayoría acompañados de sus familias, se dieron cita para sufragar.
Fue un evento en el que participó el 60.4% de los tlajomulquenses con credencial para votar, en donde no podían faltar las incidencias, aunque en la mayoría de los casos no pasó de amenazas y gritos, muy pocos conatos se suscitaron en los que llegaron a los golpes. En más de una casilla hubo señalamientos de personas comprando votos a favor de diferentes partidos pero ninguna fue consignada a las autoridades y no se tiene conocimiento que hayan sido registrados estos hechos en los reportes de incidencias.

Por Jorge López

Aparte de estos hechos, que en la mayoría de los casos los partidos políticos decidieron no reportar en las actas al cierre de la elección, las incidencias fueron menores, como el que muchas de las casillas abrieron luego de la hora previamente fijada, que era a las ocho de la mañana. Personas que acudían, principalmente a escuelas donde se instalaron entre cinco y once casillas, no encontraban en cuál de ellas formarse, al no localizar la que correspondía a su apellido.

Todas las casillas, en su interior, presentaron gran números de personas entre quienes la presidían, checaban y repartían boletas, así como representantes de todas las fuerzas políticas, observadores y representantes de los órganos electorales.

La afluencia de votantes inició desde la apertura de las casillas y se mantuvo aproximadamente hasta cerca de las dos de la tarde, cuando se registró un impase por la final de futbol europeo, para después de las cuatro de la tarde retomar fuerza y observarse de nuevo decenas de votantes haciendo fila.

Continuamente se observaron rondines de elementos de la policía municipal en los centros de votación, para vigilar que todo marchara en orden y sin contratiempos, situación que fue reconocida por muchos ciudadanos.

Afuera de los centros de votación, había personas que realizaban una encuesta de salida, a la que unos contestaban amablemente, otros se negaban, tras asegurar que luego de votar su prioridad era ingerir alimentos luego de permanecer formados por mucho tiempo.

En algunas de las casillas, se evidenció que la capacitación brindada por el Instituto Federal Electoral, a quienes se desempeñaron como funcionarios, no fue tan eficaz, puesto que se presentaron situaciones en las que no sabían qué hacer, como en caso de que llegara la prensa a tomar una foto, entre otras cosas, que aunque no eran muy complicadas, los funcionarios no sabían cómo actuar.

Por otra parte, algunos funcionarios se vieron lentos y otros con falta de sentido común, que tardaban para entregar boletas o en ubicar a la gente en base a sus apellidos. Afortunadamente la jornada electoral, que pasa a formar parte de la historia se vivió en un ambiente de libertad,  paz, cordialidad y civilidad, y los agoreros del pesimismo se quedaron con sus vaticinios para “mejor ocasión”.

Por la noche del 1 de julio, muchos ciudadanos acudieron a la explanada de la ex presidencia municipal para celebrar el triunfo, una vez que se empezaban a conocer los datos por parte del Instituto Electoral, pero se quedaron con las ganas, pues el candidato ganador, en esta ocasión decidió posponer el festejo para otra oportunidad, en espera que los resultados tanto en el Municipio como el Estado fueran más contundentes, además de evitar alguna confrontación entre simpatizantes.

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