El 25 de junio se cumple un año del desastre ¿qué se ha hecho? |
A un año de que uno de los sucesos naturales más
destructivos de los últimos 50 años se registrara en el Municipio de
Tlajomulco, específicamente en la delegación de San Miguel Cuyutlán, el
panorama en cuanto a prevención y apoyo a esta y otras comunidades se ha
modificado, centrándose en los aspectos geográficos y de organización urbana.
El origen del
desastre
La última semana de marzo (del 27 al 31) del 2011, se
registró un incendio de 3 días que consumió 65 hectáreas de la ladera en el
Cerro Viejo, esto provocó que el suelo quedara suelto, reduciendo el agarre de
las piedras y los troncos de los árboles quemados.
El sábado 25, cayó una copiosa precipitación por varias
horas en esa zona, al pasar la corriente de agua por los lugares afectados por
el incendio y al no haber hierba que absorbiera el exceso de agua, así como
árboles que hacen las veces de barrera natural, el caudal fue aumentando,
mezclándose con la tierra que quedó suelta, formándose una corriente de lodo
ramas, troncos y piedras que encontró a su paso, creando un alud que terminó
desembocando en el río que cruza por las orillas de la delegación de San Miguel
Cuyutlán.
Por Ángel Barajas
El gran caudal que percibió el arroyo llenó la cuenca y
debido a la cantidad de residuos que fueron arrastrados, el espacio por debajo
de los puentes quedó bloqueado, por lo que se desbordó hacia las calles del
pueblo de San Miguel Cuyutlán, afectando 24 casas y cubriendo 8 calles con
lodo, piedras y troncos.
La madrugada del 26 de Junio, las calles lucían llenas de
lodo y escombros, mientras que los servicios de emergencia llegaron poco a
poco. Afortunadamente no se reportaron pérdidas humanas, aunque algunos de los
pobladores comentaron que sí alcanzaron a ser arrastrados por la corriente,
pero terminaron sólo con golpes y rasguños.
Después de la
tormenta
En los días próximos se realizaron operativos de limpieza
y prevención de infecciones. Dos de los puentes que se encontraban en el río
sucumbieron ante la fuerza de la corriente y uno más quedó en malas
condiciones, en riesgo de derrumbarse; este fue demolido en los días siguientes
y se colocaron puentes provisionales.
El lugar fue clasificado como zona de desastre y se le
designó apoyó del FONEDEN (Fondo Estatal para Desastres Naturales), después se
organizó una campaña de ayuda comunitaria en la que se donaron alimentos, ropa
y zapatos para los afectados por el deslave.
El 5 de julio se comenzó a entregar ayuda también por
parte del ayuntamiento de Tlajomulco a las familias de San Miguel Cuyutlán por
medio de cheques, apoyo con el que los afectados podrían sustituir sus menajes
(muebles, utensilios y ropa) dañados o perdidos por el alud.
El 19 de julio, nuevamente, las precipitaciones causaron
daños a una finca ubicada en la parte baja de la calle Zaragoza, debido al
nivel de las aguas, por lo que se tuvo que desalojar a los habitantes, mientras
que el puente peatonal que se había colocado de manera provisional, fue
clausurado por las autoridades, ya que corría peligro de caer, debido a los
desbordamientos de las orillas del cauce.
Reconstruyendo
En coordinación con varios organismos, el gobierno
municipal comenzó los trámites y estudios necesarios para rehabilitar la zona
para poder ingresar sin ningún riesgo,
así como las acciones necesarias para prevenir otros posibles desastres.
Sobre Cerro Viejo se comenzó la reforestación de la zona
afectada por el incendio y el posterior deslave, la formación de caminos
cortafuegos, brechas de tierra que se construyeron de forma estratégica para
dar acceso a gran parte del cerro y llegar hasta la cima, así como la remoción
de troncos y piedras que estaban en peligro de rodar colina abajo. Se formaron
pequeños vados, para que en caso de lluvia de gran intensidad, sirvieran a
manera de freno para la corriente y en su caso, para los restos que también
fueran arrastrados.
En San Miguel, se comenzó con el desazolve de las cuencas
de los canales, apoyándose con maquinaria pesada y basándose en la nueva
extensión de dichos acueductos en los estudios de la Comisión Nacional del
Agua, que determinó la capacidad adecuada, en base al suceso del 25 de junio de
2011.
En cuanto a las viviendas afectadas se contabilizaron 28
con daños materiales, a las que se apoyó con diversos programas municipales y
estatales; de ellas, sólo 12 calificaron para recibir el apoyo de la
Inmobiliaria y Promotora de Vivienda de Interés Público (IPROVIPE). Cuatro
casas se consideraron como pérdida total, mientras que las otras ocho sólo
presentaron daños estructurales con posibilidad de arreglo. A las familias de
estas se les entregarían cheques por el valor de los gastos de reconstrucción,
comprobados con facturas y fotografías del antes y después, así como la
validación de obras públicas, agua potable y protección civil de Tlajomulco en
todo el proceso de reconstrucción.
Reubicación
Además se encontró, debido al cambio de niveles del
arroyo, que cuatro viviendas se ubicaban dentro de los límites del acueducto,
por lo que la solución en este caso fue la reubicación, específicamente de las
viviendas de la calle Zaragoza con números 107, 107-A, 107-B y 107-C.
La reubicación correrá a cargo del gobierno municipal de
Tlajomulco, por lo que en la búsqueda de un lugar adecuado para su nuevo
establecimiento y según lo marca la ley, se concedió un terreno en el
fraccionamiento Nuevo San Miguel 2, siendo el más conveniente, de acuerdo al
espacio requerido para las viviendas y la cercanía con su antigua residencia.
Para la construcción estas casas se estimaron entre tres y cuatro meses,
mientras tanto, las familias serán reubicadas en casas de renta, para que los
trámites de escrituras puedan seguir su curso legal. Actualmente todo esto
sigue en proceso.
Lo que falta
Aunque 12 casas fueron calificadas para recibir los
apoyos de IPROVIPE, sólo se han entregado cuatro de los cheques por daños
parciales a viviendas. Hasta el cierre de esta edición, los demás cheques no
han sido entregados por la dependencia, aunque mencionan que es posible que
sean llevados a las familias en próximos días.
Aunque un año ha pasado, trabajos, estudios y métodos de
prevención se han aplicado, la incertidumbre por el presente temporal de
lluvias sigue los habitante de la población, que sufrió el desastre natural más
lamentable en los últimos 50 años, pero hay una cosa que es cierta, ahora la
ciudadanía, no sólo de San Miguel Cuyu- tlán, sino de todo el Municipio estará
al pendiente en esta temporada de lluvias que ya ha comenzado, pues nadie puede
predecir este tipo de sucesos.
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