viernes, 15 de febrero de 2013

Abusan de niños en albergue de San Miguel Cuyutlán


La historia que se desarrolla en torno al albergue infantil José María Robles, ubicado en la delegación  San Miguel Cuyutlán en Tlajomulco, parecía haber concluido con la detención de su fundador y director Gil García Mosqueda, autollamado “hermano Gil”, acusado de abuso sexual a menores. Sin embargo, señalamientos, irregularidades y declaraciones de los implicados, incluyendo el testimonio de quienes vivieron en el albergue, ponen al descubierto una serie de situaciones que fueron denunciadas desde 2011 y que nunca fueron atendidas por las autoridades correspondientes.

Diciembre 2011

Marcela Padilla de Anda y Rubicela Ramírez Chávez, trabajadoras de la Procuraduría de Justicia, realizaron una visita al albergue José María Robles, el primero de diciembre de 2011, como parte de sus funciones en el área de visitaduría.

Por Víctor Hugo Ornelas


Las funcionarias señalaron en su informe, algunas irregularidades en cuanto a las condiciones de sanidad del inmueble, pues encontraron heces fecales en el piso de una recámara y “charcos de orines”, lo cual acreditaron con fotografías. Indicaron también haber encontrado indicios de que un niño de cuatro años, con retraso mental, dormía en la misma habitación que el director del albergue, que varios de los menores no acudían a la escuela, a pesar de tener edad para hacerlo y que otro, dormía en el piso de la cocina.

Además registraron el testimonio de uno de los niños, quien aseguró haber presenciado un ataque sexual en las regaderas del albergue, cometido por un chico de once años a otro de igual edad, todo esto aunado a otras situaciones que señalan maltrato físico y psicológico en el acta 724/visitaduría/2011. Las servidoras públicas entregaron el informe a su superior, José Guadalupe Atilano, Director General de Visitaduría, quien a su vez, dio parte al Ministerio Público estatal.

Los niños involucrados en la supuesta agresión sexual, así como otro que se dijo víctima de violencia, fueron trasladados a las instalaciones de la coordinación de Delitos Cometidos en Agravio de Menores, Sexuales y Violencia Intrafamiliar. Lo anterior derivó en la primera denuncia que involucró a Gil García, sobre la cual se tiene información, sin embargo, las trabajadoras de la Procuraduría Social, coinciden en que los servidores públicos, Edna Jessica Reynoso Aguilera y César Araiza Becerra, quienes tomaron la declaración de Gil García Mosqueda, lo hicieron de manera deficiente y limitada, argumentando haber tenido mucho trabajo ese día.

Cabe hacer mención, que al momento en que el menor que dijo ser testigo de la agresión sexual rindió su declaración, el “hermano Gil”, se encontraba presente y comenzó a intimidarlo amenazándolo con correrlo del albergue, en respuesta, el pequeño comenzó a lacerarse algunas costras que tenía en la mano y limitó su declaración, pues dijo tener temor de que su hermano, de cuatro años, se quedara solo si lo corrían a él, todo esto detallado en la averiguación previa 6616/2011.

Julio 2012

La fundación FIND, la cual brinda apoyo a familias que han sido víctimas de robo o desaparición de menores, recibió el señalamiento sobre al menos cinco menores que se habían escapado del albergue y de los cuales no se tenía conocimiento sobre su ubicación, sin embargo, la fundación corroboró que no existía denuncia alguna sobre el caso de los menores desaparecidos. La misma fundación, aportó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, grabaciones de niños que daban testimonio sobre las agresiones que sufrían, tanto sexuales, como físicas y psicológicas.

Octubre 2012

Fue el 19 de octubre de 2012, cuando el responsable del albergue, Gil García Mosqueda, interpuso la denuncia por la desaparición de los menores, que para ese momento sumaban doce, situación que el “hermano Gil” atribuyó a la amenaza de que algunos tendrían que ser reubicados a petición del Instituto Jalisciense de Asistencia Social y ellos no querían.

“El Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS) me recomendó bajar la plantilla a la mitad; ellos (los menores) se enteran que van a ser reubicados y se dan a la fuga porque dicen, prefieren estar en la calle que en otro albergue”, mencionó el director del albergue durante una entrevista a un medio metropolitano.

Por su parte, el presidente de la fundación FIND, Juan Manuel Estrada, culpó a la Procuraduría Estatal y el Consejo Estatal de la Familia, por mantener la situación en sigilo, “¿Cómo es posible que hayan pasado tantos meses desde que se fugaron y ni la Procuraduría, ni el Consejo Estatal de Familia, que en este caso es tutor institucional de los menores, se han dado a la búsqueda?”, de lo cual presentó una denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ).

Noviembre 2012

Luego de casi un año de apoyar al albergue, en noviembre del 2012, un grupo católico decidió suspender las actividades que realizaban al respecto, debido a irregularidades que lograron observar, “El acuerdo fue que celebraríamos el cumpleaños a los niños y apoyar jalando donaciones y conseguir ropa, alimento y dinero”, explicó uno de los benefactores.

La primera ocasión que acudieron, fue para festejar el año nuevo en 2011, sin embargo, meses después, cuando pretendían festejar a uno de los niños, “Ya no estaba, pasó lo mismo en semana santa cuando fuimos a festejar a cuatro niños y ya no había ninguno y nos dijeron que porque estaban de vacaciones o habían ido por ellos”, declaró nuestro entrevistado.

Este mismo grupo donó un congelador al albergue, para mantener los alimentos en buen estado, pero en visitas posteriores se dieron cuenta que ya no se encontraba, al igual que un televisor y otros aparatos. Aunado a ello, dijeron conseguir diversas donaciones, pero las condiciones de los pequeños en el albergue, siempre eran las mismas.

A lo anterior se sumó el señalamiento de que algunos niños hablaron de situaciones de abuso sexual, por lo que el grupo decidió cortar su relación con el albergue y buscar que alguna institución interviniera en el caso, pero sin tener éxito en ese cometido.

Diciembre 2012

El Ayuntamiento de Tlajomulco, por petición estatal y en una acción que involucraba al IJAS y al Consejo Estatal de Familia, pretendió colocar sellos de clausura en el albergue, pero esto no se pudo realizar, debido a que el personal de las dos instituciones estatales nunca llegaron y dado que el Gobierno Municipal no tiene facultad para trasladar a menores de edad, ni puede tener su custodia, se tuvieron que retirar los oficiales de Inspección y Reglamentos, así como de Padrón y Licencias del Municipio. Todo lo anterior consta en una acta circunstanciada de hechos.

Enero 2013

El 25 de enero del año en curso, un niño de once años pidió a su madre, a través de un mensaje de texto del celular de uno de sus compañeros, que fuera por él.

La madre se comunicó al albergue, pero no pudo hablar con el menor, pues quien le contestó, le argumentó que el director se había ausentado, pero que el niño se encontraba en buenas condiciones.

Al día siguiente, la madre del menor recibió otro mensaje de texto, presuntamente del director del albergue (Gil García): “Buenas tardes, soy el hermano Gil, le comento que su hijo se salió a las seis y no ha regresado”.

Estalla la bomba

La serie de situaciones que ocurrieron en el albergue José María Robles, se convirtieron en una bomba de tiempo que terminó por estallar el 26 de enero pasado, cuando el pequeño de once años que escapó del albergue, mismo que envió el mensaje de texto a su madre, arribó a su casa en el municipio de Juanacatlán a bordo de un taxi.

El taxista entregó al menor a la madre y no le cobró por el servicio, pues le explicó que el niño lo abordó pidiendo que lo llevara a su domicilio en Juanacatlán, pero solamente contaba con diez pesos, que le detalló el abuso sexual del que fue objeto, por lo que el operador del carro de sitio no dudó en llevarlo a su casa.

Las declaraciones de los niños

El siguiente texto contiene declaraciones de situaciones de violencia física y sexual que menores de edad narran haber sufrido durante su estancia en el albergue José María Robles, por lo que recomendamos discreción.

Estas declaraciones fueron tomadas por trabajadores sociales, agentes de la Procuraduría y en entrevista directa con este medio. Por obvias razones se omiten los datos de los menores.

Niño 1: “El hermano Gil me metió a su cuarto y cerró la puerta con llave y como nos hace dormir sólo con calzones y calcetines, ya estando dentro de su cuarto me dijo que me bajara los calzones y yo le dije que no”, mencionó uno de los pequeños que dijo ser víctima de abuso sexual del director del albergue.

El niño narró que otro de sus compañeros dijo haber sido también atacado sexualmente por “el hermano Gil” y uno de los albañiles. Agregó que una persona adulta, a quién identificaban como “el abuelo”, por ser presuntamente padre de Gil García, fumaba marihuana frente a otros niños, incluso, en ocasiones les convidaba.

Niño 2: Señaló que fue obligado por uno de los niños mayores (de 16 años) a practicarle sexo oral, situación que “el hermano Gil” sabía, pero no decía nada, porque él hacía lo mismo.

Niño 3: “Me bajó a la fuerza de la cama (el hermano Gil) y me pidió que hiciera cosas que yo le dije que no, entonces me pegó en la cara” -¿Por eso tienes ese moretón?- “Sí, le dije que me soltará y me llevó atrás, me volvió a pegar en la cabeza”.

Niño 4: Luego de haber sido cerrado el albergue, en uno de los predios contiguos se encontraba un jovencito que dijo tener 16 años, mismo que aseguró estar ahí por extrañar “al hermano Gil”. También señaló haber presenciado la detención de Gil García y agregó, “Al siguiente día vino la Procuraduría por mí, me esposaron y me llevaron a Tlajomulco y que me iban a partir la madre si no decía la verdad”.

El menor añadió que ya en la Procuraduría fue llevado “A un cuarto, me vendaron la cara y me empezaron a pegar con una raqueta y me dieron toques en las manos para que confesara, después me pusieron una bolsa en la cabeza para que dijera la verdad”.

En su declaración ante el Ministerio Público, el menor aceptó haber violado a uno de los niños del albergue, “La verdad yo sí he violado a un niño de la casa hogar, pero esto porque yo también fui violado y quiero hacer lo mismo que me hicieron a mí”.

Además indicó a este medio, que entre de las actividades  que acostumbraban en el albergue, una era ver películas y recordó la última de ellas, “Don Bosco”, la cual narra, “La historia de un cura que tiene un albergue y cuida a los niños para hacerlos personas de bien”, señaló el chico, quien defendió al director Gil García de todas las acusaciones en su contra, ya que dijo identificarlo con el personaje de la película.

Versión de gil garcía mosqueda

El llamado “hermano Gil”, fue detenido el 27 de enero del año en curso, tras la denuncia de la madre de un niño que dijo haber sido atacado sexualmente por el director del albergue. Al respecto, el señalado emitió su declaración en presencia de su Abogado y aceptó ser responsable de los hechos que se le señalan.

García Mosqueda declaró haber abusado sexualmente de un niño de 11 años, el 22 de enero del año en curso, por un tiempo estimado de una hora, excusando sus acciones a que momentos antes había visto un programa con escenas eróticas.

Actualmente, el albergue en cuestión se encuentra cerrado y en la puerta de ingreso cuenta con un sello en el que Servicios de Salud Jalisco, ejecuta la, “Suspensión de trabajos o servicios”, sin embargo, no especifica qué disposiciones sanitarias se infringieron.

Muchas de las denuncias que en esta nota se narran, fueron de conocimiento público y otras se realizaron en las instancias correspondientes, a pesar de ello, ninguna autoridad realizó acción alguna para detener los abusos que los niños narraron haber sufrido desde el año 2011 y hasta el 28 de enero, cuando el albergue José María Robles de San Miguel Cuyutlán fue cerrado.

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