Los domingos en Cajiti-tlán parecen día de fiesta, todo está
lleno de gente, los puestos de gorditas, la plaza, el templo, el malecón y
hasta los puestos de papitas de la plaza. Incluso las banquetas están llenas,
unas de coches, otras de cazos de carnitas, y muchas más con puestos de tacos,
frutas, verduras, discos, antojitos… hay de todo, para vecinos y visitantes
caminar por el arroyo vehicular es parte del folclor de Cajititlán.
Pero todo cambia si se visita algún día entre semana. Un
miércoles cualquiera, a las dos y media de la tarde, las calles, la plaza y el
malecón parecen ser escenario de un pueblo fantasma, salvo por algunos jóvenes
que deciden ir al malecón a pasar un rato agradable con sus amigos. Unos lo
hacen recargados en el muro del malecón mientras forjan un churro, otros
sentados en las bancas con alguna botella de licor para aguantar el calor que
comienza a hacer en febrero y tan sólo una mesa ocupada con comensales.
Por Mario G. León
“El domingo nos va muy
bien, viene mucha gente, pero entre semana está muy solo, así como ve ahorita
está casi siempre… el sábado también viene algo de gente, pero los demás días
no sacamos ni para nuestras comidas, a veces no vendemos nada”, expresó un
comerciante del malecón.
Nos comentaron que anteriormente los únicos clientes que
tenían entre semana eran los muchachos de la prepa, normalmente a consumir
cerveza, pero como la mayoría de ellos son menor de edad, les prohibieron esa
venta, “Eso lo entendemos y está bien,
nosotros también tenemos hijos”.
Falta promoción
La inversión millonaria para la construcción del malecón y
la extracción de lirio, que años atrás cubría las aguas de la laguna de
Cajititlán, sólo han servido para incrementar las visitas un día a la semana.
La infraestructura creada no ha logrado convertir a esta
población en un referente turístico del Estado, como se pronosticó cuando fue
anunciada la obra, sin embargo, Cajititlán tiene lo necesario para que sea el
turismo lo que sostenga a la localidad.
Múltiples proyectos de promoción que sonaron mucho, mientras
se construía el malecón no han logrado concretarse, ni siquiera un evento
oficial de inauguración, aunque fuera el simbólico corte de listón; pero esto
no es sólo responsabilidad municipal, pues el gremio de los comerciantes
tampoco se ha organizado para hacerlo.
Tanto ejidatarios, comerciantes, así como la Dirección de
Turismo, tienen mucho por hacer para proyectar a Cajititlán como punto
turístico, y más aún, tras el anuncio de la construcción de un segundo malecón
en Cuexcomatitlán, pues de no realizar una promoción efectiva en el ya
existente, los pocos turistas que acuden a la laguna tendrán dos opciones para
disfrutar esta belleza natural, en detrimento de los comerciantes ya
establecidos en Cajititlán.
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