A casi dos años de
haberse habilitado la ciclovía de Tlajomulco Cabecera, aún hay ciudadanos que
no la respetan y complican la circulación a quienes se trasladan sobre dos
ruedas.
Ya sea porque la
obstruyen o circulan sobre ella, los automovilistas siguen sin respetar el
espacio designado para la movilidad no motorizada, una situación que comúnmente
es recurrente en Tlajomulco, “Siempre se
ve gente en bici, uno se mueve de aquí para allá por el pueblo y nunca nos
habían tomado en cuenta, ahora vel gobierno nos hizo la ciclovía y es la gente
la que no nos respeta”, mencionó Miguel, un vecino de la Cabecera que
siempre se traslada en bicicleta a su trabajo dentro de la misma localidad.
El caso más visible de
obstrucción del carril especial para ciclistas,
se puede apreciar en la calle Hidalgo Oriente, pues ambos costados de la
vialidad son utilizados por los vecinos para aparcar sus vehículos a lo largo
de toda la calle.
Cuando se creó la
ciclovía, ayuntamiento tenía la pretensión de habilitar policía turística en la
Cabecera, con el objetivo de intentar modificar la cultura vial de la población
y así se respetaran los accesos para personas con discapacidad, la ciclovía y
los cruces peatonales, sin embargo, el proyecto no se cristalizó y ese intento
de crear cultura se limitó a la colocación de señales viales.
Pero no solamente los
ciclistas recurren a este carril especial para ellos, pues mujeres con carriola
parecen tener un especial agrado por transitar por la ciclovía y evitar la
banqueta, al igual que personas en silla de ruedas y comerciantes con triciclo,
“Es para no obstruir la banqueta, pero sí
te arriesgas a que te lleve un carro, porque no siempre respetan este espacio
(la ciclovía)”, añadió una mujer que caminaba por la ciclovía con su
carriola sobre la calle Degollado.
Algunos automovilistas ni
siquiera se percatan de la presencia de un carril especial para bicicletas y no
tienen mayor empacho en circular invadiéndolo, pues los señalamientos que
advierten de la ciclovía son los llamados fantasmas, colocados consecutivamente
sobre la calle, o en algunos casos, como la calle Higuera, la advertencia es
sólo una línea blanca que no garantiza seguridad a los ciclistas.
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