Mantener las calles limpias no es una labor
que solamente le corresponde al Ayuntamiento, así lo entienden los habitantes
de Cajititlán, en particular los que viven en la calle Madero, ya que todas las
tardes se dedican a que la imagen de dicha vía se mantenga pulcra.
Poco antes de que el sol se esconda, los
moradores de la calle ya mencionada, salen de sus casas con escoba en mano,
unos lo hacen más temprano que otros, pero todos coinciden en que su
cooperación es necesaria para lograr el objetivo: tener limpio el lugar donde
viven.
“Si
no limpiamos, nadie lo va hacer por nosotros, no nos cuesta nada, le dedicamos
unos minutos y con eso es suficiente, ya todos (los vecinos) sabemos el espacio
que nos toca limpiar”, explicó el señor Sebastián.
Otro de los vecinos que hacía labores de
limpieza en el momento de la entrevista, cargaba una bolsa plástica en su mano
y en ella depositaba la basura que se encontraba mientras recorría cada metro
cuadrado de las dos cuadras que a él le toca mantener en buenas condiciones, “A mí me toca este pedazo que es donde
vivo y lo que es el tramo de la escuela, la señora de ahí enfrente agarra ese
otro pedazo y así tratamos de que la calle esté limpia”.
Ninguno de los vecinos que hacen las
labores de limpieza se queja por dicha acción, por el contrario, señalan que es
ya una costumbre para ellos y no les pesa llevarla a cabo.
Y si de costumbres hablamos, esta en lo
particular contrasta con otras actividades no positivias que mucha gente en el
Municipio realiza con el mismo argumento, de ser ya un hábito o tradición,
tales como beber en la vía pública los fines de semana.
Para los vecinos de la calle Madero en
Cajititlán, lo que hacen al limpiar la calle es algo habitual, sin embargo, en
un Municipio como Tlajomulco que crece desmedidamente y donde la prestación de
servicios públicos es deficiente, la labor que desempeñan estas personas es
digna de admirar y compartir.
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