lunes, 2 de julio de 2012

San Miguel a un año del deslave


El 25 de junio se cumple un año del desastre
¿qué se ha hecho?


A un año de que uno de los sucesos naturales más destructivos de los últimos 50 años se registrara en el Municipio de Tlajomulco, específicamente en la delegación de San Miguel Cuyutlán, el panorama en cuanto a prevención y apoyo a esta y otras comunidades se ha modificado, centrándose en los aspectos geográficos y de organización urbana.

El origen del desastre

La última semana de marzo (del 27 al 31) del 2011, se registró un incendio de 3 días que consumió 65 hectáreas de la ladera en el Cerro Viejo, esto provocó que el suelo quedara suelto, reduciendo el agarre de las piedras y los troncos de los árboles quemados.

El sábado 25, cayó una copiosa precipitación por varias horas en esa zona, al pasar la corriente de agua por los lugares afectados por el incendio y al no haber hierba que absorbiera el exceso de agua, así como árboles que hacen las veces de barrera natural, el caudal fue aumentando, mezclándose con la tierra que quedó suelta, formándose una corriente de lodo ramas, troncos y piedras que encontró a su paso, creando un alud que terminó desembocando en el río que cruza por las orillas de la delegación de San Miguel Cuyutlán.

Por Ángel Barajas


Zona cero

El gran caudal que percibió el arroyo llenó la cuenca y debido a la cantidad de residuos que fueron arrastrados, el espacio por debajo de los puentes quedó bloqueado, por lo que se desbordó hacia las calles del pueblo de San Miguel Cuyutlán, afectando 24 casas y cubriendo 8 calles con lodo, piedras y troncos.

La madrugada del 26 de Junio, las calles lucían llenas de lodo y escombros, mientras que los servicios de emergencia llegaron poco a poco. Afortunadamente no se reportaron pérdidas humanas, aunque algunos de los pobladores comentaron que sí alcanzaron a ser arrastrados por la corriente, pero terminaron sólo con golpes y rasguños.

Después de la tormenta

En los días próximos se realizaron operativos de limpieza y prevención de infecciones. Dos de los puentes que se encontraban en el río sucumbieron ante la fuerza de la corriente y uno más quedó en malas condiciones, en riesgo de derrumbarse; este fue demolido en los días siguientes y se colocaron puentes provisionales.

El lugar fue clasificado como zona de desastre y se le designó apoyó del FONEDEN (Fondo Estatal para Desastres Naturales), después se organizó una campaña de ayuda comunitaria en la que se donaron alimentos, ropa y zapatos para los afectados por el deslave.

El 5 de julio se comenzó a entregar ayuda también por parte del ayuntamiento de Tlajomulco a las familias de San Miguel Cuyutlán por medio de cheques, apoyo con el que los afectados podrían sustituir sus menajes (muebles, utensilios y ropa) dañados o perdidos por el alud.

El 19 de julio, nuevamente, las precipitaciones causaron daños a una finca ubicada en la parte baja de la calle Zaragoza, debido al nivel de las aguas, por lo que se tuvo que desalojar a los habitantes, mientras que el puente peatonal que se había colocado de manera provisional, fue clausurado por las autoridades, ya que corría peligro de caer, debido a los desbordamientos de las orillas del cauce.

Reconstruyendo

En coordinación con varios organismos, el gobierno municipal comenzó los trámites y estudios necesarios para rehabilitar la zona para poder  ingresar sin ningún riesgo, así como las acciones necesarias para prevenir otros posibles desastres.

Sobre Cerro Viejo se comenzó la reforestación de la zona afectada por el incendio y el posterior deslave, la formación de caminos cortafuegos, brechas de tierra que se construyeron de forma estratégica para dar acceso a gran parte del cerro y llegar hasta la cima, así como la remoción de troncos y piedras que estaban en peligro de rodar colina abajo. Se formaron pequeños vados, para que en caso de lluvia de gran intensidad, sirvieran a manera de freno para la corriente y en su caso, para los restos que también fueran arrastrados.

En San Miguel, se comenzó con el desazolve de las cuencas de los canales, apoyándose con maquinaria pesada y basándose en la nueva extensión de dichos acueductos en los estudios de la Comisión Nacional del Agua, que determinó la capacidad adecuada, en base al suceso del 25 de junio de 2011.

En cuanto a las viviendas afectadas se contabilizaron 28 con daños materiales, a las que se apoyó con diversos programas municipales y estatales; de ellas, sólo 12 calificaron para recibir el apoyo de la Inmobiliaria y Promotora de Vivienda de Interés Público (IPROVIPE). Cuatro casas se consideraron como pérdida total, mientras que las otras ocho sólo presentaron daños estructurales con posibilidad de arreglo. A las familias de estas se les entregarían cheques por el valor de los gastos de reconstrucción, comprobados con facturas y fotografías del antes y después, así como la validación de obras públicas, agua potable y protección civil de Tlajomulco en todo el proceso de reconstrucción.

Reubicación

Además se encontró, debido al cambio de niveles del arroyo, que cuatro viviendas se ubicaban dentro de los límites del acueducto, por lo que la solución en este caso fue la reubicación, específicamente de las viviendas de la calle Zaragoza con números 107, 107-A, 107-B y 107-C.

La reubicación correrá a cargo del gobierno municipal de Tlajomulco, por lo que en la búsqueda de un lugar adecuado para su nuevo establecimiento y según lo marca la ley, se concedió un terreno en el fraccionamiento Nuevo San Miguel 2, siendo el más conveniente, de acuerdo al espacio requerido para las viviendas y la cercanía con su antigua residencia. Para la construcción estas casas se estimaron entre tres y cuatro meses, mientras tanto, las familias serán reubicadas en casas de renta, para que los trámites de escrituras puedan seguir su curso legal. Actualmente todo esto sigue en proceso.

Lo que falta

Aunque 12 casas fueron calificadas para recibir los apoyos de IPROVIPE, sólo se han entregado cuatro de los cheques por daños parciales a viviendas. Hasta el cierre de esta edición, los demás cheques no han sido entregados por la dependencia, aunque mencionan que es posible que sean llevados a las familias en próximos días.

Aunque un año ha pasado, trabajos, estudios y métodos de prevención se han aplicado, la incertidumbre por el presente temporal de lluvias sigue los habitante de la población, que sufrió el desastre natural más lamentable en los últimos 50 años, pero hay una cosa que es cierta, ahora la ciudadanía, no sólo de San Miguel Cuyu- tlán, sino de todo el Municipio estará al pendiente en esta temporada de lluvias que ya ha comenzado, pues nadie puede predecir este tipo de sucesos.

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