Por Ángel Barajas
En la explanada de palacio municipal de Tlajomulco se presentó sorpresivamente una comitiva de 15 personas, todos habitantes de Balcones de Santa Anita, quienes llegaron con una sola idea en mente “exigir sus derechos a servicios básicos”.

Con pancarta en mano y leyendas como: “Alfaro, si tú tienes agua, Balcones de Santa Anita no”, cabe mencionar que en menos de 10 minutos fueron pasados a sala de cabildo para ser atendidos y buscar una solución adecuada.
El problema expuesto fue el suministro del agua, pues debido a las condiciones de relieve del lugar, los más afectados son los que se ubican en la parte alta del núcleo habitacional, porque actualmente el pozo cuenta con una octava parte de la capacidad que tenía anteriormente, inicialmente pensado para una sección y usado actualmente para abastecer a tres.
Aprovecharon la oportunidad para presentar sus problemas de seguridad, que por su ubicación (entre San Agustín y San Sebastián) es muy deficiente la respuesta de los vehículos de emergencia y patrullajes continuos, ya que al momento, según las palabras de los habitantes, existe un fuerte problema de pandillas, robos y vandalismo, incluso hablaron los ahí presente de dos presuntas violaciones a mujeres.

La situación de este asentamiento se asemeja claramente al de muchos otros del municipio, surgidos por la insuficiente planeación que se les brindó en etapas tempranas y el poco o nulo involucramiento que se dio por las autoridades municipales hacia esta emergente problemática.
A forma de solución, se realizó el planeamiento con plazo de una semana para las pruebas y valoración en cuanto a la red de agua, mientras tanto, el servicio será abastecido mediante pipas de servicio particular. En cuanto a la seguridad, se comenzaría la instrucción del programa “Vecino en Alerta” como método de lucha contra la inseguridad. Y la revisión dentro de cada departamento sobre los problemas en menor proporción como espacios públicos, aseo público y perros callejeros.
Finalmente, después de casi hora y media se despidieron los manifestantes, ahora con una actitud diferente y esperanzados en que ahora sí les resolverán sus problemas.