viernes, 28 de diciembre de 2012

Un viaje movido


Anticipación de por lo menos dos horas, ropa cómoda y algo para comer, es lo que prepara Erik para un día de trabajo en el que se traslada desde Tlajomulco Cabecera hasta el centro de Guadalajara. Su turno inicia a las 8 a.m., por lo que al tomar la ruta 175-A tiene que asegurarse que sea a las seis de la mañana y con un poco de suerte alcanzará un lugar para sentarse.

Por Ángel Barajas


Al subir la Avenida Lomas del Sur el camino parece de terracería, pero esto no frena al conductor para hacer rebases, paradas bruscas, meneos y pelear el pasaje con las unidades de otras rutas. A pesar de su “apuración”, el acenso dura 10 minutos hasta la carretera a San Sebastián y así seguir el trayecto que no ha sido modificado en años, desaprovechando la nueva 8 de Julio. Al llegar a la Clínica 180, por lo menos una docena de tripulantes bajan y otros 3 abordan la unidad, esta ya es una parada obligatoria, pero el paradero es insuficiente para los tres o cuatro camiones que se estacionan a la vez.

El viaje se vuelve ligero, el frío de la carretera no se siente en la unidad que ahora lleva más de 70 pasajeros; quienes solicitan la parada en los fraccionamientos siguientes son ignorados. En San Sebastián la velocidad baja, pasando las 7 de la mañana el tráfico ya parece de ciudad y llegar a periférico tomó otros 15 minutos. La siguiente parada es Centro Sur, en donde baja una treintena de usuarios. Ahora Erik alista su mochila, se quita los audífonos e intenta ganar espacio para ponerse junto a la puerta. Después de que el camión da la vuelta sobre el paso a desnivel y casi choca contra una camioneta, él baja en la estación de los Mártires, el retraso le obliga a tomar el Tren Ligero para llegar a tiempo.

Once estaciones y 20 minutos después llega justo a tiempo a su trabajo. Sin embargo, el regreso es un tanto más difícil, ya que a cualquier hora, la línea de espera en los dos templos -Plaza Aranzazú- es larga y tomar el camión en Periférico o en alguna de las estaciones del Tren Ligero significa ir parado y apretado las casi dos horas hasta Tlajomulco. Por eso espera su turno, y con un poco de suerte, encontrará asiento.

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