viernes, 5 de julio de 2013

El deterioro va en aumento

Fraccionamiento Las Luces, en la zona valle de Tlajomulco de Zúñiga, hasta hace algunos meses se distinguía por ser de los pocos conjuntos habitacionales con acceso controlado en la zona, sin embargo su situación ha cambiado y el deterioro ya es evidente.

Según señalaron algunos habitantes, anteriormente tenían establecida una cuota de 70 pesos al mes por casa habitación, que eran utilizados para cubrir los gastos de mantenimiento de  áreas verdes, así como pagar al vigilante que controlaba el acceso del fraccionamiento.
Por Noemí Figueroa


Antes solo había un representante que se encargaba de cobrar las cuotas y nos hacía nuestro recibo de pago, pero algunas personas ya no estuvieron de acuerdo en pagar las cuotas y ahora casi nadie da mantenimiento a los jardines de la avenida (…), yo si estaba de acuerdo con los 70 pesos que se pagaban, pero ya me imagino, con el temporal de lluvias van a crecer los jardines y nadie los va a querer podar y tendremos que acarrear al gobierno para que nos ayude”, comentó Claudia, habitante de este fraccionamiento.

El deterioro ha comenzado a apoderarse de este fraccionamiento, desde el mismo ingreso se observa que lo que durante tiempo funcionó como caseta de vigilancia ahora está abandonada, en la cancha de basquetbol situada en Vía Luminosa ya aparecen las primeras marcas de grafiti y algunas bancas en las áreas verdes están en mal estado, “Parece que no, pero sí se nota que ya no pagamos por el mantenimiento, algunos cotos mejor privatizaron su espacio y aunque la gente de Santa Fe entraba y salía por la puerta trasera del fraccionamiento, aun así la cancha y las terrazas no estaban descuidadas y no se juntaban bolitas de chamacos a hacer su desorden por las noches, pero mira ya hasta algunas lámparas (de alumbrado público) están quebradas, ya no funcionan”, señaló un vecino de la calle Mercurio.

A poco menos de 6 meses de que los habitantes dejaron de cubrir sus cuotas, Las Luces ya comienza a sumarse a las decenas de fraccionamientos que su principal queja es el grafiti en sus paredes, el pandillerismo y la falta de mantenimiento de sus áreas comunes, y pese a que algunos vecinos hacen el esfuerzo para evitar que esto suceda, el deterioro del conjunto habitacional día con día va en aumento.

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