jueves, 12 de septiembre de 2013

Entre puestos, gritos y ofertas

“Es de a diez, de a diez el kilo”,  frase célebre que podemos escuchar en el tianguis, un lugar en el que se puede comprar lo necesario y hasta gastar algunos pesos en cosas que uno ni pensaba.

En Tlajomulco existan alrededor de 80 de ellos y se instalan en diferentes puntos, ya sea fraccionamientos, delegaciones y agencias, no importa el lugar, lo importante es que haya clientes.

Verdura, ropa, comida preparada, lácteos, fruta, piratería, dulces, maquillaje, enceres domésticos, juguetes, regalos, productos de limpieza, útiles escolares, celulares, productos de segunda mano, artículos esotéricos y hasta albures, son algunas de las cosas que se pueden encontrar en estos mercados ambulantes que en México tienen una historia tan longeva como las civilizaciones, pues desde tiempos prehispánicos los tianguis han sido concurridos por propios y extraños.
Por Víctor Hugo Ornelas


Pero más allá de la actividad comercial, el tianguis suele ser un interesante reflejo de la sociedad, solamente se requiere abrir bien los ojos y en un recorrido entre puestos podemos ver cómo está la economía, qué tan cara es la canasta básica y cuál es el poder adquisitivo de los ciudadanos.

En el trayecto de punta a punta de un tianguis en Santa Fe, pudimos contar catorce jovencitas embarazadas, irónicamente entre tanta mercancía, no encontramos quien ofreciera algún tipo de preservativo, ¡ah! pero ropa de bebe no se diga, son de los puestos que más abundan.

Aquí no hay asuntos raciales, ni de discriminación, el color de la piel no importa, es eso o todos los comerciantes son daltónicos, pues así el tono de la piel sea de un bronceado intenso color de llanta, a usted le dirán “pásele güerita”.

En el tianguis no se respetan las leyes de las matemáticas, ahí ningún kilo pesa mil gramos y las sumas no son exactas, pues dos kilos de limón pueden ofrecerse en diez pesos, pero si solo quiere un kilo este vale siete, y si pide medio, entonces habrá que pagar cinco.

Estos lugares forman parte del folclor y la cultura mexicana, no pueden faltar en las colonias del municipio e independientemente de los problemas que emergen alrededor de ellos, son fundamentales en la economía familiar, son fuente de trabajo para miles de personas y concentran en sus puestos productos que no pueden faltar en nuestras casas.

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