martes, 24 de septiembre de 2013

Costumbre que va de generación en generación

La señora Raquel Murillo ha dedicado 25 años de su vida a la antigua práctica de elaborar prendas a través del tejido, tiempo en el que también se ha encargado de instruir a cuanta persona desee aprender a realizar esta labor.

Actualmente cerca de 20 amas de casa se reúnen las tardes de los lunes y jueves en una finca de la calle Constitución de la Cabecera Municipal de Tlajomulco de Zúñiga para poner en práctica diferentes tejidos, que además para algunas de ellas les genera ingresos económicos extras y dicen es una manera de dejar el estrés del hogar a un lado, “Yo doy las clases a cualquier persona que quiera aprender, no importa la edad,  la mayoría de los alumnos aprenden muy rápido aun cuando existen decenas de tipos de tejidos, entre los más comunes son la flor de guayabo, flor de naranjo y el hazme si puedes”.
Por Noemí Figueroa


Texturas y creatividad
La variedad de prendas fabricadas por estas mujeres son diversas, pero señalan que las más comunes son las blusas y chalecos, siendo las bufandas la prenda de menor dificultad, no obstante la calidad del producto depende de la cantidad de dinero que se invierte, ya que en el caso del estambre según su textura es la cantidad a pagar  y cada uno cuenta con un nombre diferente, “Existe una gran variedad de hilos que se pueden tejer, pero el más común es el estambre y la madeja más barata anda cerca de los 30 pesos y con tres tejes una blusa, el modelo ya depende de cada quien”, explicó Raquel.

Quienes comercializan sus productos dijeron que son pocas las personas que pagan el valor de la prenda, puesto que aseguran que los compradores no valoran la “mano de obra”, y explicaron que el precio de la pieza fabricada cuesta el doble del precio total en material invertido, “Si inviertes 150 en una prenda se venderá en 300, es mejor que sean sobre pedido”.

Ganchos tunecinos los cuales son de acero y curvos de la punta, dos agujas, aros, horquillas entre otras herramientas, son utilizadas para realizar diferentes prendas, incluso algunas alumnas exclamaron “Aquí tejemos hasta con el dedo”.

Entre risas y anécdotas es como algunas amas de casa añadieron que tejer es una práctica heredada por sus madres y abuelas y que además aprovechan el momento para compartir ideas y tips, puesto que la agilidad de algunas de ellas les permite tejer una blusa en menos de 4 horas.

Definitivamente la práctica del  tejido durante siglos ha sido utilizada por el hombre para fabricar sus propias prendas, incluso eran ofrecidas como ofrenda a los reyes de las épocas pasadas, sin embargo con el paso del tiempo y los avances de la tecnología, esta práctica ha sido sustituida por grandes máquinas que hoy en día tiene la capacidad de fabricar miles de prendas de distintas formas, colores y tamaños.

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